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  • El investigador del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana, mencionó que cinco de las 10 principales causas de mortalidad en México están asociadas a este padecimiento.. 

 

Francisco Nachón García, investigador del Instituto de Ciencias de la Salud de la UV..

 

Carlos Hugo Hermida Rosales.

Fotos: Omar Portilla Palacios.  

 “La obesidad es la más grande de las pandemias, incluso mayor que la de la COVID-19, y debido a su magnitud y transcendencia es considerada un problema de salud pública en México”, declaró Francisco Nachón García, investigador del Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Veracruzana (UV). 

Al participar en el auditorio de la Dirección General de Investigaciones dentro del Seminario “Tratamiento no farmacológico de la obesidad en México”, organizado por la entidad académica citada, el investigador compartió que, de las 10 principales causas de muerte en México, cinco están relacionadas con este padecimiento. 

Ellas son: diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y hepáticas, e hipertensión. 

Francisco Nachón explicó que la obesidad se define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial a la salud; por las cifras pandémicas que ha adquirido, los criterios para su manejo deben orientarse a la detección temprana, prevención, tratamiento integral y control del creciente número de pacientes que la presentan. 

 

A la conferencia del investigador acudieron estudiantes y docentes del Instituto de Salud Pública

 

El investigador comentó que quienes viven en México han modificado su cultura y forma de comer, ya que cambiaron su dieta tradicional por una que incluye alimentos procesados ricos en carbohidratos, lo que ha ocasionado que los casos de obesidad se disparen. 

“El país pasó de tener una tasa de desnutrición que oscilaba en 15% en 1970, a una de obesidad que supera esa cifra”, puntualizó. 

Manifestó que este padecimiento puede ser tratado adecuadamente desde un enfoque multidisciplinario, que aborde el aspecto nutricional, la actividad física, pero sobre todo un refuerzo conductual/emocional. 

“La unión de estos elementos permite crear estrategias flexibles, individualizadas y efectivas, a fin de llevar a cabo una actuación global sobre los distintos factores que condicionan la obesidad”, afirmó. 

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