Turquía y Siria sin ayuda Fashionista
Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Todavía no me entero de “challenges” en redes de recaudación, conciertos en beneficio, personalidades involucradas en el acopio de víveres, donaciones millonarias para ayudar a los damnificados. El pasado 6 de febrero terremotos sacudieron el sur y centro de Turquía y el norte y oeste de Siria con una magnitud de 7.8 y una intensidad Mercalli máxima de XI.
Nosotros como mexicanos sabemos de la tragedia que esto conlleva. Siempre diré que México es uno antes y otros después del terremoto de 1985. A la fecha se contabilizan más de 11 mil muertos.
Nuestro país ha enviado ya, una tripulación de rescatistas conformado por topos y perros, quienes ya, han salvado vidas. Marcelo Ebrard viajó con ellos. En el aeropuerto de Santa Lucía se instaló un centro de acopio donde los ciudadanos que quieran participar podían llevan alimentos como frijol, verduras, garbanzo, arroz, atún y ropa térmica. Cargamento que también viajó en la aeronave Airbus 330 con capacidad de 50 toneladas, que se designó para viajar con la ayuda.
El 2023 comenzó con esta terrible tragedia que, como tal, agarró desprevenido a este territorio que vive, un contexto eterno de conflicto político. Sin embargo, la ayuda a sido insuficiente y limitada. La Organización de las Naciones Unidas solo puede usar un paso fronterizo para brindar la ayuda a las víctimas ya que el régimen de Bashard al-Assad impide que la ayuda llegue a la zona controlada por rebeldes e islamitas. En definitiva, el conflicto político esta frenando el flujo de las donaciones. Como dije al principio, este territorio ha sufrido por años un conflicto interminable que se va salpicando de más y más ingredientes que lo hacen eterno. Por desgracia desastre natural, parece que no ha ablanda las posiciones y sabemos que hay personas en necesidad urgente. Además, poco se han involucrado otras esferas, sociales, culturales o hasta de entretenimiento. Las personalidades y gobiernos se han mantenido con un perfil bajo y hasta se han escudado en la situación para adoptar una posición que se podría catalogar hasta de ciega, ante el sufrimiento de este pueblo. Cuando la catedral de Notre Dame en Paris, en 2019, se incendió, las donaciones y movimientos para rescatar el inmueble llovieron. Al parecer todos estaban muy preocupados por salvaguardar el monumento histórico. Pero en este caso, la vida humana, parece ser menos. La noticia llega sí, pero no mueve, no circula con fuerza, y casi casi, la posición mundial ha sido de “no podemos hacer más, porque no nos dejan, así que pues que se rasquen”. Y no. Repito esto es cuestión de vidas, el conflicto, la política, las diferencias dogmáticas, pueden esperar, es urgente rescatar, apoyar, concientizar, que todos podemos pasar por una situación así de lamentable y a nadie nos gustaría que solo nos miraran de lejos lamentando pero inmóviles. El pueblo Sirio tiene 7 años en guerra y ahora, para rematar, la cereza del pastel ha sido este movimiento telúrico que ha acabado de destruir lo poco que quedaba. Se imagina usted vivir en ruinas siempre. No encontrar comida y ahora, tener a tus seres queridos enterrados en una ciudad en ruinas. Como humanidad nos estamos quedando cortos. La etiqueta de humanos parece que no la entendemos del todo. Mientras, nos preparamos para ver el medio tiempo del Super Bowl LVII y la entrega de los premios Oscar, es mejor seguir dopándonos con la fantasía.
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