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El Economista

Foto: Reuters

Por Octavio Amador.

El gobierno mexicano emitió un nuevo decreto de acciones en materia de glifosato y maíz genéticamente modificado (transgénico) en el que aclara que la importación de este tipo de grano se permitirá para alimentación animal y procesos industriales, bajo la autorización de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Un decreto anterior, emitido en diciembre del 2020, marcaba el 31 de enero del 2024 como fecha límite en la que se podría realizar la importación del maíz transgénico, sin que estuviera claro si se hablaba de aquél destinado para uso pecuario e industrial o únicamente para consumo humano.

Por ello, el gobierno de Estados Unidos advirtió que la aplicación de dicha disposición podría ser constitutiva de una violación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá, al plantear una barrera al comercio del maíz amarillo producido en suelo estadounidense.

El nuevo decreto, publicado la tarde de este lunes 13 de febrero en el Diario Oficial de la Federación (DOF), plantea la eliminación de la fecha del 31 de enero del 2024 como límite para la transición hacia la eliminación de las importaciones de maíz transgénico para uso pecuario e industrial.

Establece que se mantiene el propósito de realizar la sustitución de las importaciones de uso del maíz transgénico, pero ya no establece una fecha crítica para tal efecto.

“En tanto se logra la sustitución referida en el párrafo que antecede, la Cofepris podrá otorgar autorizaciones de maíz genéticamente modificado para alimentación animal y de uso industrial para alimentación humana, siendo responsabilidad de quien lo utilice en México que no tenga el destino previsto en la fracción III del artículo segundo de este ordenamiento”, se lee en el Artículo Séptimo del Decreto.

Además, en el Artículo Octavo se enuncia que “la implementación de alternativas para la sustitución gradual en el país de maíz genéticamente modificado para alimentación animal y de uso industrial para alimentación humana se deberá realizar con base en criterios de suficiencia en el abasto, en congruencia con las políticas de autosuficiencia alimentaria del país, de conformidad con principios científicos y normas, directrices o recomendaciones internacionales relevantes”.

En el 2022 México importó alrededor de 16.5 millones de toneladas de maíz amarillo –primordialmente transgénico– lo que representó alrededor de 75% de la oferta nacional. Los engordadores de ganado representaron, a su vez, casi 80% del consumo nacional.

En el Artículo Octavio se añade también que “se realizarán los estudios científicos conducentes, para lo cual la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios integrará un protocolo de investigación conjunta a efecto de que, bajo su coordinación, se realice por parte de dicha entidad y las instancias equivalentes de otros países un estudio sobre el consumo del maíz genéticamente modificado y los posibles daños a la salud”.

La semana pasada el gobierno estadounidense emplazó a su par mexicano para que explicara esta semana los fundamentes científicos detrás de su intención de prohibir el uso del glifosato y restringir las importaciones de maíz transgénico.

A mediados de enero, una delegación de funcionarios estadounidenses visitó México para revisar los avances en los ajustes al decreto originalmente emitido en diciembre del 2020, pero al concluir su visita el gobierno estadounidense hizo saber que los cambios no atendían aún sus preocupaciones, por lo que se reservaba el derecho de hacer valer sus reclamaciones a través del mecanismo de solución de controversias del T-MEC: