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Milenio Digital

Ante acusaciones de influir ilegalmente en las elecciones de 2016, Trump se declara inocente de falsificar documentos de sus negocios.

Diego Salcedo.

Sólo horas después de pasar a la historia como el primer ex presidente de Estados Unidos en enfrentar una acusación criminal, Donald Trump se declaró víctima de una “masiva interferencia electoral” y pidió a los fiscales de Nueva York retirar “inmediatamente” la acusación de 34 imputaciones en su contra.

 

“Nunca pensé que esto pudiera pasar en América. Lo único que hice fue defender a Estados Unidos de quienes nos querían hacer daño”, leyó de un teleprompter ante un auditorio de rubias elegantemente ataviadas y caballeros blancos vestidos de saco sport, algunos con gorras rojas con la leyenda “Make America Great Again (MAGA).

“El criminal es el fiscal (Alvin Bragg)… la acusación debe ser retirada inmediatamente… Es un insulto a nuestro país… Ahora somos un país del Tercer Mundo», proclamó desde un templete adornado con banderas de Estados Unidos. “Esta es una persecución no una investigación… pero nuestra frente está en alto. Quieren arreglar el caso, pero no voy a hacer nada de eso”.

Su mensaje coronó una histórica jornada. Trump llegó de un humor visible después de las 13:00 horas locales al Edificio de la Corte de Manhattan para entregarse voluntariamente y ser formalmente arrestado ante la Fiscalía de Nueva York, donde se le tomaron las huellas dactilares. Sin embargo, el ex presidente recibió trato preferencial: no fue esposado ni tuvo que posar para la foto policial.

 

En un parque aledaño a la corte, cientos de manifestantes anti-Trump callaron con gritos y silbatos a la republicana trumpista Marjorie Taylor-Greene, quien comparó al ex presidente con Jesucristo y Nelson Mandela. La legisladora se dio a la fuga, junto con otro republicano, George Santos, cuando los manifestantes los rodearon.

 

Dentro del recinto de la corte, el juez colombiano-americano Juan Manuel Merchan leyó las 34 acusaciones de delitos mayores por la falsificación de documentos de negocios.

Trump lució un gesto sombrío cuando escuchó las acusaciones, sentado junto a sus dos principales abogados, Todd Blanche y Joe Tacopina.

 

“Desde agosto de 2015 a diciembre de 2017, el acusado orquestó un plan para influir en las elecciones presidenciales de 2016 identificando y comprando información negativa sobre él para evitar su publicación y beneficiar las perspectivas electorales del acusado”, sostiene la declaración de hechos presentada por la fiscalía.

Como se esperaba, Trump se declaró “no culpable”. Pero Merchan hizo una advertencia tanto a Trump como a los fiscales, a evitar hacer declaraciones o llevar a cabo acciones que incitan a la violencia o a los disturbios civiles, y advirtió que tomará medidas más duras en caso de continuar leyendo mensajes provocativos en las redes sociales.

 

Por considerar que es una figura pública que no representa una amenaza de fuga, Trump fue puesto en libertad sin necesidad de depositar fianza o portar brazalete electrónico. De inmediato fue llevado a su avión personal para regresar a Mar-A-Lago.

 

El centro del caso es el pago de 130 mil dólares que el asesor legal de Trump, el abogado Michael Cohen, dijo haber pagado de su propio bolsillo a la actriz porno Stormy Daniels, cuando la mujer trataba de venderle a los tabloides los detalles más jugosos de su affaire con Trump, que tuvo lugar después de que su esposa, Melania Trump, dio a luz a su hijo Baron en 2006.

 

Trump reembolsó el costo del soborno a Cohen. Debido a que Trump registró el pago a Cohen como “gastos legales”, la fiscalía de Nueva York consideró que el ex presidente violó la ley toda vez que sus acciones constituyen una falsificación de documentos de negocios, lo cual es considerado un delito menor en la ciudad, y una violación de las leyes de financiamiento electoral.

 

“De eso se trata exactamente este caso: 34 declaraciones falsas hechas para encubrir otros delitos”, dijo en rueda de prensa el fiscal Alvin Bragg. “Estos son delitos graves en el estado de Nueva York, sin importar quién seas. No podemos y no normalizaremos una conducta criminal grave”.

 

Trump y su equipo legal negaron las acusaciones y calificaron las acciones de Bragg, quien pertenece al Partido Demócrata, como una “persecución selectiva” y una «cacería de brujas», debido a que Trump busca la nominación presidencial republicana.

 

Rodeado por reporteros, el líder del equipo legal de Trump, el conocido abogado Todd Blanche reconoció fuera de la corte que el proceso perturbó a su cliente. “Esta frustrado. Está molesto. Pero esto no lo va a detener”, dijo a los periodistas.

Foto de reuters.