Madres y maestras
Agustín Basilio de la Vega
La primera maestra que todos tenemos es sin lugar a duda nuestra mamá. Es ella la que nos enseña a comer, a hablar, a caminar, a orar, a no desperdiciar y a tener buenos hábitos. Poco reflexionamos en que nadie antes que ella, inicia nuestro proceso formativo. No obstante, en nuestros días, la televisión, el celular o la tablet se están ocupando de manera progresiva e intrusiva en la educación de los niños.
¿Hasta donde avanzarán estas nuevas tendencias? Si bien es cierto que hay estancias infantiles especializadas, kinders y escuelas que ayudan de manera subsidiaria a la educación de los infantes no es fácil predecir cuanto influirán los padres en la educación de sus propios hijos en los próximos años.
Cada día cobra más fuerza la idea que los hombres podemos sustituir a las mujeres en ámbitos que por naturaleza o tradición han realizado de manera adecuada a lo largo de la historia de la humanidad como velar y criar a un pequeño durante sus primeros años de vida. A pesar de esto, en los países con mayor desarrollo humano se ha venido legislado para otorgar mas tiempo a la maternidad lo que reconoce que es insustituible una madre.
En México hay una profunda tradición de agradecimiento a nuestras madres y maestras pero poco hacemos para impulsar acciones que promuevan el ingreso al mercado laboral de las nuevas madres mediante incentivos fiscales, la educación o servicios de salud etc. La “devoción por nuestras madres” podría impulsarnos a construir mejores condiciones de vida para que no solo sea el 10 de mayo cuando las festejamos y mostramos nuestro cariño.
La familia es primera comunidad, en donde las personas desarrollan afectos, habilidades, valores y adquirieren conocimientos. La familia se funda con una madre y también debe ser protegida por lo con políticas públicas que la consoliden y no destruyan. En algunos países ya se dan subsidios en materia de patrimonio, vivienda, acceso a servicios educativos y de salud.
Si el Estado y la sociedad respetamos el derecho de cada familia a organizarse, así́ como del derecho de las madres y los padres a elegir el tipo de educación que reciben sus hijos e hijas, fortaleceremos la cohesión familiar y el interés superior de los niños. Pensemos en las futuras madres y familias.
Todos los que hemos tenido la fortuna de experimentar el cariño y los cuidados maternos pero a veces somos poco conscientes de la enorme influencia que recibimos pues “la educación se mama” para bien o para mal. Nuestra madre es en realidad nuestra primera maestra. Podemos hacer mucho por las futuras madres y no solo recordar con romanticismo o nostalgia el pasado.
@basiliodelavega