«El empedrado del Callejón de Rojas fue por muchos años el ring donde dirimieron sus diferencias los preparatorianos. Un día, los muchachos fuertes de la escuela, Jaimito y Mario, confundidos, me retaron a golpes, por una travesura que hizo el otro cuate. Aceptar el reto era suicida, pero antes de rajarme se adelantó mi gemelo que era el directamente involucrado, y resolvió la contienda con esta frase, dicha un segundo antes de echar la carrera: «Miren, muchachos, ustedes están muy fornidos y nosotros no somos tan pendejos para pelear con ustedes, mejor dénnos por madreados y «chiflen» a su madre». Lo escribió Magno Garcimarrero en «Xalapa de mis albures»… «Ayer, AMLO, en su video, recordó el caso de Charrascas, un personaje que para no asistir a un duelo solicitó: «Que me den por muerto y que vayan y chiflen a su madre.» (no lo dijo así pero eso fue lo que dijo Charrascas)», escribe hoy Héctor de Mauleón en «El Universal».