«Estoy triste, muy triste. Elenita Barradas ya es difunta. Originaria de Otates, cumplió 106 años. No deja ninguna clase de bienes materiales, nos hereda su ejemplo de vida limpia, transparente, laboriosa, optimista, generosa, amorosa.  Quedan para siempre: el amor a sus hijos, el apego a su máquina de coser, la creación de sus vestidos de alta costura, sus manos que tanto trabajaron, sus amenas conversaciones, su devoción por San Rafael Guízar y Valencia, su espíritu viajero y su bonhomía. Ella se salvará, irá al paraíso con Dios.  ¡¡Que la Paz, la Misericordia y la Bendiciones  de Dios sean para ella!». Es parte de lo que escribió uno de sus hijos, Benito Barradas. Nuestras condolencias para él, sus hermanos y demás familiares. Tuvimos el gusto de conocer a doña Elenita y recordamos como a sus casi 100 años acompañaba a sus giras de trabajo a la maestra María Eugenia Báez, incluso a zonas serranas,  cuando tenía a su cargo una dirección en la SEV.  Descanse en paz una buena y feliz mujer.