«En un asalto a mano armada por dos jovenzuelos drogadictos, tuve la pérdida de mi celular y de unos cuantos pesos.. La amenazante daga del cobarde jovenzuelo frenó su marcha, iba obediente y brillosa  para ocultarse en m setentona piel…. la oportuna mano de Dios la detuvo, lo sé,  lo percibo y lo agradezco. Una vez más me acompañó  y salvó de una muerte segura. No exagero.  Agradezco también al Centro de Salud de Teocelo. No buscaremos culpables, buscaremos soluciones. Deseo seguir envejeciendo con dignidad». Es parte de lo que escribió en su columna «Espacio 13» el periodista Alfonso Mora Chama… Gracia a Dios que la libró..