Claudia o Xóchitl

 

Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo

 

 

Les quiero contar lo que leo de Claudia y Xóchitl solo como signos, como imágenes, como figuras públicas, como féminas aspirantes al puesto más deseado políticamente hablando.

 

Ya ve que a mi todo lo que tiene que ver con imagen me encanta. Y sí, he tratado de mantenerme al margen de los temas políticos e irme más a explorar otros ítems, más que nada por salud mental. Pero no puedo dejar pasar la oportunidad de comentar algo que está en la boca de todos, hasta en la de  nuestro presidente, quien ha dejado notar su temor, pues no se esperaba que una figura tan avasallante como Xóchitl saltara como posible candidata. Creía tenerlo todo bajo control con sus corcholatas, y mire, que hasta a Marcelo que es un político completísimo, inteligente, con roce internacional, experimentado y sobre todo leal, lo ha dejado al desamparo, avocándose a demostrar el apoyo a Claudia con gran ahínco. Yo sé que algunos dicen que Adancito, es su carta oculta, pero, lo que sí creo es que ahora, lo debe estar pensando y repensando, nuestro presidente, sobre quien será su candidato de Morena… ah no… disculpe, se me olvida que se llevará a cabo un proceso interno en el partido para decidirlo, perdón me confundí.

 

Regreso al análisis imagológico. Mi tocaya, con ese apellido tan extranjero, díficil de pronunciar para muchos y esa figura estilizada, siempre seria, esforzándose siempre por sonreír, aparentando naturalidad, a últimas fechas se le ha visto cansada, con falta de empatía y paciencia. No sabe que hacer con su cabello, lo plancha, lo amarra, lo relame. De pronto se quita todos los accesorios y en otros momentos intenta ser muy femenina. Su mirada es potente, su mirada siempre es de desconfianza. Usa muy poco maquillaje, lo que la hace ver bastante simple, demasiado pálida. Cuando habla, carece de fuerza, de chispa, de carisma. Le gustan las mascadas y los sacos sastre. Me atrevería a decir que el blanco es su color favorito, el cual nos puede denotar muchas cosas, pero viéndola desde un ángulo antropométríco no le ayuda a sacar partido a su figura ni a su semblante. Es chistoso, pero Claudia, representa a la señora de clase media, aspiracionista, que ha estudiado sí y trabajado mucho para estar donde está, pero que cosa más rara, resulta ser lo que más le molesta a Andrés Manuel. Y Xóchitl, índígena, también super aspiracionista, con una sonrisa de oreja a oreja siempre, mal hablada, con una fuerza brutal en su lenguaje corporal. Gesticula con mucha naturalidad, habla con aplomo. Si tiene sobre peso y debe prestar atención en ello pero mientras,  lo disimula con sus huipiles coloridos. Adora los aretes grandes y los collares autóctonos largos y gruesos. Su discurso tiene sustancia y no piensa con miedo al “jefe” sus respuestas. Xóchitl hasta en el nombre, se empata con los millones de mexicanos auténticos, que saben de la tierra, de la pobreza, del sacrificio y del trabajo duro persiguiendo sueños. Y sí, también tuvo su época del traje sastre, cuando comenzaba en la política dentro del gabinete de Fox, y de vestuario que no dudo, fueron tomadas en su momento, buscando, aceptación, formar parte “de”, cosa que no veo descabellada, todos en algún momento hemos querido adaptarnos a las nuevas circunstancias que nos presenta la vida, lo importante es no perderse y saber quien se es, y creo que eso fue lo que poco a poco le pasó a la Gálvez para regresar a sus orígenes.

 

Xóchitl no pelea por pelear, como en su momento Lily Téllez, quien se nos quedó en el camino, y quien ya sabíamos que cada vez que se subía a la tribuna pitorreaba, señalaba, hacía berrinches y señalamientos, la Gálvez no, ella tiene más colmillo político, el que se ha enfrascado en la pelea ha sido Andrés, y sin darse cuenta la disparó a la luna en popularidad. No ha tenido los grandes puestos dentro del poder, quizá por su afán de hacer las cosas a su manera, sin apoyos, sin empujones ni padrinazgos. Es empresaria y tecnócrata. Xóchitl es la candidata de los sueños de Andrés, pero no es su candidata y eso lo tiene mal. Cualquiera en su lugar debería estar pidiendo asesoría, pero sabemos que a nuestro presidente, eso no se le da.

 

Debemos seguirlas con atención, esto apenas empieza, y hay que valorar más allá de las imágenes, las propuestas, el discurso. Yo lo invito a que vea en conjunto las imágenes de estas dos mujeres y también trate de leerlas. Yo solo le doy mi humilde opinión. Porque si, también estoy pendiente, aunque hable poco de ello.

 

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