Para mí, para muchas personas,, la maestra Dora Alicia Castelán Ramírez fue una gran mujer, una gran amiga, de las personas que poco existen en nuestro medio. Buena servidora pública, amiga, hija, madre, esposa, abuela. Sensible, cariñosa, responsable. Nos dejó una gran tristeza su desaparición física. Este martes que se cumple su primer aniversario luctuoso, enviamos un afectuoso saludo a su esposo Carlos Rodríguez Velasco, a su hijo, hijas y demás familiares Descanse en Dorita.