El tiempo ya no es un valor
Por: Ed. Dr. Claudia Viveros Lorenzo
Los seres humanos son animales sociales. Desde el momento en que nacemos, necesitamos contacto con otras personas para crecer y prosperar.
Nuestra satisfacción con las relaciones, acuerdos de convivencia, desempeño en el salón de clases y ambiente de trabajo incide en nuestra capacidad para comunicarnos.
También utilizamos la comunicación para aprender más sobre las personas con las que interactuamos al hacerles preguntas y discutir sus respuestas, y la utilizamos como herramienta para alcanzar resultados espeditos, tales como expresarnos a nosotros mismos e instruir, inspirar y motivar a los demás.
Dentro de la sociedad digital son cada vez más los implementos que utilizamos para comunicarnos, dejando de lado lo esencial de la oralidad, el face to face y la retroalimentación directa, quitando riqueza al acto de transmitir y recibir información.
Mientras más pensamos que nos comunicamos, menos lo hacemos. Hoy en día, la sociedad ha cambiado y no es un cambio sustancial, si no radical. Si hacemos un flashbacks, nos daremos cuenta que a medida que el tiempo trasciende, surgen cambios. El ser humano en sus comienzos era un ente pasivo y sedentario, ahora, es un hombre que sin lugar a vacilación ha evolucionado y sorprendido a muchos con sus capacidades. Hoy estamos en el siglo XXI y estamos inmersos en un mundo globalizado, que nos incita a ser seres informados, activos y participativos. Al convertirse en pobladores de medios de comunicación se involucran dos conceptos básicos:
La artificiosidad en la vida cotidiana y las nuevas formas de socializar, no es lo mismo aprender el en pasado que en el presente. Hoy, las tecnologías son las que se han apoderado del vigente desarrollo del ser humano. Estamos en la era del conocimiento o informática. Casi sin transición y de un modo un tanto
abrupto e intenso, se ha venido produciendo en las últimas décadas la conversión de ciudadano urbano a ciudadano mediático, de habitantes de ciudades a pobladores de medios de comunicación.
El hogar familiar ya no tiene barreras efectivas que aislan a la familia de una comunidad o sociedad más amplia.
McLuhan habló de «el aula sin muros», para referirse al hecho de que las paredes de las escuelas ya no proporcionan una limitación a la adquisición de saberes por parte de los aprendices, ya que la web se ha convertido en una escuela paralela. La vida media del conocimiento nos permite visualizar fugazmente como el conocimiento trasciende cada vez más rápido. Esto quiere decir que, existen una serie de herramientas que están a nuestra disposición formando redes que facilitan y simplifican nuestro diario vivir, permitiéndonos expresarnos y comunicarnos óptimamente en tiempos cortos. El Conectivismo, aflora el Bing Bang del hombre, donde solamente el ordenador es un medio en el cual el hombre trasmite su pensamiento.
Los cambios están íntimamente relacionados con el concepto de tiempo, los modos de socializar, el ritmo de los encuentros, su duración y su oportunidad se ven marcados con la rapidez. Mediante la edad digital podemos plasmar muchos de nuestros pensamientos e ideas que para muchos eran desconocidas, adquiriendo así sentido.
Actualmente vivimos una omnipresencia de lo digital , que afecta a todos los procesos de la vida, del trabajo, de la educación, de la cultura y la sociedad.
Esta omnipresencia puede ser la base para una reingeniería de las instituciones y formas de conducta de una sociedad digital.
El aprendizaje, no se puede experimentar ni adquirir personalmente, sino que debe retroalimentarse y nutrirse de las conexiones de todo con todo, ya que permite dar de manera eficaz solución a grandes problemas. El aprendizaje es un proceso que ocurre al interior de ambientes difusos de elementos centrales cambiantes, que no están por completo bajo el control del individuo. La finalidad es provocar un pacto colaborativo donde se de el espacio de crear y explorar en la construcción de un mundo real y de diversos contextos. Entonces .¿Cultura tradicional o digital? ¿Aprendizaje intrapersonal o interpersonal? ¿conectad@s o desconectad@s?….
La rapidez con que circula la información, ha transmutado todos los tiempos a los que la humanidad estaba expuesta y con ello los ritmos de trabajo, de producción, de aprendizaje y de socialización.
Todo nos conecta en condiciones de instantaneidad con los tiempos de los demás y nos hace vivir en nuestro propio tiempo en un modo diverso.
El tiempo ya no es un valor. No es de sorprender que los objetos, aprendizajes o nuestras relaciones no duren.
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