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La Razón Online

De acuerdo con especialistas, a tan sólo 600 metros antes de avizorar los restos del Titanic, a 3 mil 200 metros de profundidad, sufrió una desestabilización fatal

De la fascinación por el mundo marino a la tragedia del submarino Titán. PDF: La Razón de México
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STAFF INFOGRAFÍA .

El sumergible Titán, pionero en el turismo submarino, descendió el 18 de junio al fondo del Atlántico con cuatro pasajeros y un tripulante a bordo, con el objetivo de llegar hasta el sitio donde se hundió el Titanic. Hasta hace unos años, descender a las mismísimas entrañas del océano para conocer lo que queda del famoso trasatlántico había sido imposible, pero la empresa estadounidense OceanGate comenzó un proyecto para ofrecer expediciones turísticas a un costo nada accesible de 250 mil dólares. Sin embargo, la sombra de lo que pasó el 14 de abril de 1912 pareció asomarse y el sueño de aventura de los turistas derivó en tragedia cuando el submarino que inició su viaje frente a las costas de Terranova perdió contacto con el exterior una hora y 45 minutos después de su descenso. De acuerdo con especialistas, a tan sólo 600 metros antes de avizorar los restos del Titanic, a 3 mil 200 metros de profundidad, sufrió una desestabilización fatal. Durante los momentos de angustia, el piloto no pudo accionar la palanca de emergencia, perdió el control y, ante la caída repentina y el aumento brusco de presión, el compartimiento de los pasajeros se comprimió. La implosión que terminó con la vida de los aventureros duró apenas segundos. El submarino había realizado antes tres expediciones al sitio del naufragio del mayor barco de pasajeros del mundo convertido en cementerio.