«Los tiempos de la sucesión presidencial son momentos excepcionales en que se presentan dos procesos contrastantes; por un lado se tensan todos los amarres políticos, exhibiendo las líneas de quiebre y las vulnerabilidades institucionales. Por otro lado, son intervalos en que se renueva la esperanza, especialmente de aquellos que aspiran a ser parte de un nuevo gobierno y quienes se encuentran enojados y marginados por el gobierno saliente. Tensión y esperanza son dos elementos potencialmente transformadores, pero sólo en la medida en que quien gane tenga la visión y templanza necesarias para trascender la inexorable mezquindad de la contienda para convertirse en una figura de Estado». Lo escribe Luis Rubio en «Reforma». Foto de Amazon.