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Nosotros aquí nacimos, nos criamos, nuestros papás, nuestros abuelos, de aquí de San Julián y aquí aprendimos a pescar, dice María Martínez.

CARLOS NAVARRETE

A 15 kilómetros del Centro Histórico de Veracruz, en dirección a la zona norte de la ciudad, se ubica la laguna de San Julián, la más grande de los 32 cuerpos de agua que conforman el sistema lagunar del municipio.

Los pobladores son testigos de cómo fue perdiendo extensión durante los últimos años, lo cual les preocupa debido a que la mayoría de las familias que viven en los alrededores depende de la producción de mojarras.

San Julián, la agonizante laguna de un pueblo que sobrevive de la mojarra
Para llegar a San Julián desde el centro histórico de la ciudad es necesario tomar la autopista Veracruz-Cardel y unos kilómetros adelante del Kilómetro 13 y medio se debe doblar a la derecha, justo adelante de la desviación hacia la carretera Costera del Golfo.

Una buena parte de los pobladores de San Julián se dedica al rubro de la gastronomía. En las palapas asentadas en la orilla de la laguna se venden platillos hechos a base de pescados y maricos, pero es la mojarra el producto que más se consume, ya sea frita, bañada en salsa verde, al mojo de ajo o envuelta en hoja de acuyo.

“Nosotros aquí nacimos, nos criamos, nuestros papás, nuestros abuelos, de aquí de San Julián y aquí aprendimos a pescar”, dice María Martínez Montoya.
La mujer, de 75 años, es una de los casi mil 500 habitantes de la localidad de San Julián, donde se ubica la laguna que lleva el mismo nombre.

San Julián, la agonizante laguna de un pueblo que sobrevive de la mojarra
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De tez morena y cabello chino, la mujer dejó de pescar hace algunos años a causa de la edad y por una enfermedad en el corazón; ya no puede esforzarse como antes, así que lo único que le queda es observar la laguna y caminar por sus alrededores.

En sus tiempos de juventud acostumbraba salir a pescar para llevar comida a la mesa. Por aquellos años abundaban las mojarras de la especie guapota que, a diferencia de la tilapia, es de mayor tamaño y mejor sabor.

“Siempre ha tenido mucha mojarra esta laguna. Lamentablemente uno de los brazos de la laguna ya se secó completamente, tiene como dos años, allá era más profundo y ahora está todo seco”, señala.
Los tiempos fueron cambiando y María Martínez fue testigo de ello. Notó que, con el paso de los años, la laguna se hizo más angosta; el nivel descendió a tal grado que donde antes había agua ahora hay maleza.

“A la edad que tengo yo me acuerdo que en la orilla de la laguna se hacía una playita, había arena, no había casas, pero una vez que dejaron construir casas en la orilla ahí se fue perdiendo la laguna”, relata.
De acuerdo con María, personas ajenas al pueblo comenzaron a llegar y a construir sus viviendas cada vez más cerca de la laguna. Los nuevos asentamientos provocaron que se secara una buena parte del cuerpo de agua, dice.

“Muchos querían pasar sus casas hacia el frente, ahí en la laguna, porque les dijeron que la laguna se iba a secar y yo creo que muchas personas desean eso ¡están locos! desean que la laguna se seque”, lamenta.
A ojo de buen cubero, la laguna se redujo unos 15 metros y la “nueva orilla” es ejemplo de ello, comenta. Según María, donde ahora hay agua el nivel es demasiado bajo a pesar de los trabajos de dragado que se hicieron recientemente.

Al rescate de la laguna

El Gobierno del Estado, a través de la Procuraduría Estatal de Medio Ambiente (PMA), arrancó en octubre del 2023 un proyecto para la recuperación de la laguna de San Julián.

San Julián, la agonizante laguna de un pueblo que sobrevive de la mojarra
Tres de las cuatro etapas ya quedaron concluidas. Fue retirada buena parte de la flora invasiva y del sedimento de la orilla, se construyeron muelles, torres para el avistamiento de aves migratorias y fue acondicionada un área verde que cuenta con cancha de pasto natural para jugar fútbol soccer y otra para voleibol.

El procurador Sergio Rodríguez Cortés afirmó que como parte del proyecto fueron habilitados nuevamente cuatro veneros que se encontraban taponeados. De esa manera, se ayudará a que la laguna recupere el nivel de agua que llegó a tener, dijo el funcionario estatal.

“Se hicieron estudios para ver si podíamos tener la posibilidad de reincorporar metros cúbicos de agua, afortunadamente monitoreamos cuatro veneros, estamos precisamente en uno de ellos que estaba tapado completamente y afortunadamente los cuatro veneros hoy están surtiendo de agua en San Julián y eso es muy importante porque no todos los cuerpos de aguas tienen la posibilidad”, mencionó.
También hubo trabajos de reforestación en un terreno de 10 hectáreas, donde se sembraron árboles de guanábana, cedro y jobo. Para ejecutar el proyecto, se invirtieron alrededor de 40 millones de pesos.

San Julián, la agonizante laguna de un pueblo que sobrevive de la mojarra
La intención de la Procuraduría Estatal de Medio Ambiente es que la laguna recupere su esplendor y se convierta de nueva cuenta en un punto turístico y sobre todo en un vaso regulador ejemplo de la conservación del medio ambiente.

“Recordemos que estaba muy azolvado, tanto de flora invasiva como de sedimento, la parte de la laguna hoy es navegable, hoy tenemos en algunas áreas hasta seis metros de profundidad, se limpió, se recuperó el cuerpo de agua”, indicó el titular de la PMA.
Para María, si el proyecto de recuperación de la laguna se mantiene por varios años, la laguna seguirá viva.

“Si la llegan a limpiar un poquito más, quizá la laguna viva unos años más, pero mucha gente está con que este año la laguna se va a secar o en que el que viene se va a secar, pero ojalá que no paren, necesitamos de la laguna”, dijo la vecina de San Julián.