La noche anterior a la fecha en que don José Iturriaga Sauco recibiría la medalla «Belisario Domínguez» otorgada por el Senado de la República, hace ya 22 años, Adolfo Mota Hernández se la pasó pegado a la computadora escribiendo el discurso que don Pepe le dictaba. Al día siguiente, ya en camino al Senado, a don Pepe no le gustó un párrafo, por lo que sus acompañantes y él se fueron a una oficina a efectuar la modificación del discurso. Mota empezó a escribir la modificación, y le encargó a una de las personas presentes que metiera papel a la impresora y lo hiciera rápido. Después que se enteró que esa persona era Carlos Slim, Mota sólo expresó: «¡Ah caray, me sobrepasé!».