Que la oportunidad de inversiones llegue a cada punto del país: Banco Mundial
Las multinacionales que quieren desplazarse a Norteamérica toman en cuenta la localización geográfica de la entidad objetivo; la vocación industrial del estado. Pero el cuadro es dinámico. Foto EE: Hugo Salazar
Las multinacionales que quieren desplazarse a Norteamérica toman en cuenta la localización geográfica de la entidad objetivo; la vocación industrial del estado. Pero el cuadro es dinámico. Foto EE: Hugo Salazar
Yolanda Morales
Por Yolanda Morales
Viernes 29 de Marzo de 2024 – 20:22
Cada entidad tiene retos y fortalezas para las fábricas que quieren llegar. Urge diagnóstico y desarrollo de estrategias para aprovechar el giro en el comercio mundial.
La oportunidad que representa para México el nearshoring, no es ni será un proceso equilibrado geográficamente, advirtió el representante del Banco Mundial para México, Colombia y Venezuela, Mark Thomas.
“Las empresas que quieren desplazar su capacidad de producción desde China toman en cuenta la localización geográfica de la entidad donde quieren colocar su fábrica; la vocación industrial del estado, la infraestructura de comunicación, conectividad, acceso a recursos hídricos y oferta de la mano de obra, entre muchas otras características”, explicó.
Pero “el cuadro es dinámico” para las entidades federativas, acotó en entrevista. Incluso los gobierno que han conseguido atraer más inversión presentan restricciones en algunas áreas como el suministro de agua, fuentes de generación de energía limpia, particularmente en la industria eléctrica así como infraestructura de transporte en carreteras, puertos, aeropuertos o cruces fronterizos.
Dicho de otra forma, hay áreas de oportunidad que, de atajarse, con una estrategia de políticas públicas a nivel federal y local, facilitarán la llegada de más inversiones en el territorio.
“Una vez que se cuente con el diagnóstico de las fortalezas y debilidades de la entidad federativa para atraer inversiones, se puede desarrollar una estrategia para aliviar sus cuellos de botella en los procesos industriales. Y así se pueden multiplicar los efectos de estas inversiones incluso a nivel sociedad”, señaló el funcionario.
Y es en estas áreas donde puede ayudar el Banco Mundial, con su experiencia financiera que viene con acompañamiento técnico y asesoría hasta terminar los proyectos. Un apoyo disponible para los gobiernos locales, estatales y las empresas, refirió.
Los anuncios de inversión que ya hemos visto evidencian estas preferencias de los grandes industriales que buscan relocalizarse cerca de Norteamérica. Son las entidades del norte del país, el Bajío, Valle de México, y Yucatán quienes han tenido hasta ahora cierto éxito atrayendo inversiones, señaló el funcionario
En la estrategia del nuevo gobierno
Desde la perspectiva de Banco Mundial, México tiene enfrente una nueva oportunidad para reducir la desigualdad y socializar la derrama económica que sí dejará el llamado nearshoring.
Es natural pensar que esta oportunidad que se está abriendo para México será retomada en las estrategias del nuevo gobierno, señaló.
Pueden buscar mecanismos para aliviar las restricciones que enfrentan las empresas para invertir, como ha sido el acceso al financiamiento, mejorar la calidad de la infraestructura, garantizar el suministro de energía, eficientizar el acceso al suministro de agua y preparar al capital humano para que logren aprovechar las oportunidades de trabajo que sí se están abriendo.
Afirmó que el nearshoring es ya una realidad evidente a nivel macro. Incluso señaló que la expectativa de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) que tienen en Banco Mundial, de 2.6% para este año, incorpora el efecto positivo de mayores inversiones locales y extranjeras. Y matizó que en abril podrían ajustarla.
En sus oficinas de la Ciudad de México observó que un reto adicional para México es “no cometer los mismos errores del pasado”. “Ya hemos estado aquí. Cuando México ingresó al Tratado de Libre Comercio hace 30 años. Ahora, como entonces, hay un aumento de inversión y de actividad de las empresas, pero no necesariamente veremos efectos sociales sobre la productividad, desigualdad y desarrollo más amplio ”.
ymorales@nulleleconomista.com.mx