El Banco de México ha realizado tan sólo un recorte en la tasa, en marzo de este año. Foto de La Razón.
Yolanda Morales.
El diferencial de las tasas de interés que se ha alcanzado en los últimos seis meses ha sido un factor determinante del tipo de cambio.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció que los bancos centrales de economías emergentes en América Latina detuvieron sus ciclos de flexibilización de tasas para responder a las presiones de inflación interna y administrar la volatilidad de sus monedas.
Expertos del Fondo enfatizaron que el diferencial de las tasas de interés que se ha alcanzado en los últimos seis meses ha sido un factor determinante del tipo de cambio, pero no la guía para las decisiones de la autoridad monetaria.
“La depreciación de la moneda puede ocurrir incluso en países con perspectivas económicas sólidas porque lo que más importa es el nivel relativo de las tasas de interés”, explicaron.
Al interior del blog institucional del FMI titulado “Evolución de las divisas en los mercados emergentes y sus implicaciones para la estabilidad financiera”, observaron que estos ajustes demuestran que la mayoría de los bancos centrales siguen comprometidos con marcos de política enfocados en la inflación interna y en condiciones económicas del país.
El Banco de México (Banxico) ha realizado un recorte en la tasa, de un cuarto de punto en marzo, para dejarla en 11%, con lo que fue el último en llegar al ciclo de recortes en la región.
Al enfrentarse a una alta volatilidad de las tasas, los bancos centrales deberían mantener sus compromisos de establecer metas para la inflación y seguir dependiendo de los datos a la hora de fijar los objetivos.
En el blog detallan que una depreciación ordenada de una moneda hacia niveles en general acordes con los fundamentos económicos (incluidos los diferenciales de las tasas de interés) puede ser constructiva para la economía. En cambio, son más preocupantes los casos de ventas masivas abruptas que pueden desencadenar inestabilidad financiera.
No hay sincronía
Los bancos centrales de América Latina han sido los primeros del mundo en iniciar el ciclo de flexibilización desde el 2023, pero tuvieron que moderar los recortes, o incluso detenerlos en mayo y abril, como fue el caso de Perú y Brasil.
El Banxico inició su ciclo alcista en junio del 2021 y duró 21 meses. La pausa fue comunicada en la decisión de mayo tras un incremento acumulado de 725 puntos base que se aplicaron en 15 movimientos. La tasa máxima del ciclo alcista de México se tocó en marzo del 2023, cuando llegó a 11.25 por ciento. En marzo de este año se aplicó el primer recorte en la tasa para dejarla en 11% y, desde entonces, no han vuelto a moverla.
yolanda.morales@nulleleconomista.mx