*Teocelo siempre humilde más no débil, celebró la exitosa festividad respetando el valor de sus tradiciones.

*Eso sí, sin lograr quitarse a los aspirantes a la municipal, presumidos, vanidosos, locochones, holgazanes, soberbios, etcet.

*Las comparaciones son para los débiles…

“El orgullo y la soberbia no tolera el avance de los pueblos”

Alfonso Mora Chama

Una Feria de la Asunción de María, la reina del pueblo de Teocelo, será siempre inigualable por todos los ángulos que se le quiera analizar, cuando se caracteriza por el respeto y la devoción a los miles y miles de visitantes, así mismo, a un pueblo noble y laborioso que se empeña con su participación directa y su unidad vecinal, para superar la festividad cada año y solamente compite consigo mismo, sin alterar su tradición y sus costumbres en esta mezcla de fiesta pagana y religiosa.

Las Ferias de Teocelo, no se toman ni se utilizan para competir, sus sagradas tradiciones se conservan y las que por diversas causas se habían perdido, caso específico de las danzas, retoman su aparición y la de payasos aumentan cada año en los barrios, en las colonias y en todas las clases sociales, de lo que no estoy muy de acuerdo pero que esta fiesta de pueblo, aparecen unidos danzando todos.

Un año más notamos que se superó la asistencia de visitantes y turistas y las cifras dadas por comerciantes, hoteleros y los cientos de asistentes al Teatro del Pueblo, así lo demuestran, pero lo más interesante e importante es que en las festividades de Teocelo no se aplaude la arrogancia ni la vanidad, pero sí la humildad para actuar desde la organización de los barrios y el comité de los vecinos de la calle de 5 de mayo, vía principal para adornar y hacer grandioso el paso de la reina, nuestra Virgen de la Asunción de María.

Se intenta y cierto es, por orgullo de pueblo de historia valiosa, disfrutar de una feria que guarda sus costumbres originales, sabiendo del valor de ellas y lo demuestra entendiendo que la humildad supera la debilidad que en otros lugares la entienden como progreso… se debe aceptar que el turismo o la afluencia de visitantes es necesario siempre y cuando impere el respeto, primero a la Virgen de la Asunción, en este caso, y después a ellos mismos que demuestran sus principios y valores para comportarse como ciudadanos del mundo.

Hemos analizado como ciudadano de Teocelo que, su gente participa aceptando que unidos será siempre la mejor medida y lo vimos en la conferencia de prensa efectuada una semana antes de iniciar la Feria, presentes los siete barrios y los comerciantes unidos de Teocelo, todos a una sola voz de celebrar con honores las ferias anuales y las tradiciones de este pueblo cuya magia natural es su valiosa historia, sus costumbres y su gente, digna gente que lleva la responsabilidad de lograr grandiosos festejos heredados por los bisabuelos, abuelos y sus padres.

Aun asi aparecieron inconformes y por lógica los que menos aportan y participan porque no entienden que la abundancia inútil no es salud ni es hacer de una feria lo mejor. La feria es de Teocelo y sus dignos visitantes, del llamado turismo religioso qué en los últimos años, y este año no fue la excepción, se suma el turismo político que con miras a las próximas elecciones municipales, aparecen presumidos, atentos, alegres, vanidosos, protagonistas, accesibles y pagadores, cariñosos, sonrientes, abrazadores, oportunistas, presumidos, holgazanes, sangrones, chocosos y mentirosos, intentando robarle cámara a la propia patrona del pueblo, sin recato alguno y se proclaman ya seguros candidatos y los más atrevidos, hasta presidentes municipales cuando al pariente Isaac Anell Reyes, le falta todavía un años con sus cuatro meses.

Mientras que el más viable a la municipal está alejado de los engañosos reflectores y tranquilamente brinda en la banqueta antes y después del paso del arco floral y de las ilusiones de los suspirantes. Sin invertirle en bandas de música, ni pagos de bailes populares en los barrios. Así se trabaja la parafina.

Las comparaciones son para los débiles. Teocelo tiene la seguridad en sí y es una honra a su historia y lo demuestra en cada feria suya, propia, proponiéndose superarla cada años más y más, participando directamente porque finalmente la organiza el pueblo, y sí, con el apoyo del Ayuntamiento en turno que hace su parte consistente en el programa del teatro del pueblo, bailes populares y cobrarle cual debe de ser a un chingo de vendedores ambulantes que en cada feria de Teocelo están presente. Cumplió bien el Ayuntamiento.

La humildad de Teocelo permanece en sus tradiciones y su futuro en cuanto a sus ferias, no es inquietante.

Siempre inigualable.

Un diez pueblo del Dios Tigre