La reforma judicial contempla la creación del Tribunal de Disciplina Judicial que no contiene suficientes salvaguardas para evitar que el régimen de Disciplina para jueces, magistrados y ministros se convierta en un instrumento de presión política, se alteren los fines para los que fue creado y se convierta en una herramienta para presionar a juzgadores a modificar sus decisiones y criterios judiciales, advierten especialistas. Estará integrado por cinco magistrados electos por voto popular. La co-coordinadora del programa de justicia de «México Evalúa», Susana Camacho, opina que «El Tribunal estará por encima de la SCJN y puede cambiar la resolución de cualquier juez, magistrado o ministro». Lo escribe Diego Badillo en «EL Economista».