Es-qui-na
Por: Alberto Calderón P.
Lo primero que me vino a la mente esta mañana fue cuando una de mis nietas que hace relativamente poco tiempo me dijo que no sabía leer y quería aprender, estaba muy interesada en conocer que decían esas letras, escribía y comprendía su nombre, el de su mamá y su papá junto a un reducido número otras palabras.
Veía su esfuerzo y sus avances en los dibujos, al final los firmaba con su nombre o preguntaba a sus papás para escribir el nombre de su abuelo o abuela en hojas sueltas, miraba de reojo como apretaba el lápiz sobre el cuaderno para hacer su tarea cuando inició la primaria, me encantó verla tan concentrada en lo que hacía. Pasaron unos días, de repente apareció su sonrisa como un sol y me dijo: ya se leer abuelo, yo sorprendido y un poco incrédulo lo confieso le dije, haber léeme algo, con su pequeña voz tan bonita me dijo: es-qui-na, pa-na-de-ro. Y otras más, emocionado veía como de su boca salían las silabas que iba uniendo, creando para ella un nuevo universo de conocimiento, ahora no era solamente el lenguaje verbal. En su vida aparecía de la noche a la mañana un nuevo descubrimiento, el comprender que decían las palabras, era entrar al mundo de las letras que entendían los adultos.
Recordé que en una ocasión leí que en la edad media los judíos celebraban en una ceremonia cuando los niños empezaban a leer, a entender el significado de las palabras el maestro escribía en una pizarra, después los padres lo hacían en pasteles o en huevos duros, así las palabras eran dulces o saladas y formaban parte del alimento y al comerlas se convertían en parte de uno mismo. Es maravilloso encontrar el secreto de la escritura, pasar de los palitos y bolitas como hilo conductor de las letras y la unión de estas en palabras, escribirlas, las frases y entender su significado que se vive con felicidad y prueba un nuevo poder del conocimiento.
Que lejos pero importantes aquellos tiempos, donde el alfabeto empezó a escabullirse entre los griegos echando raíces y ganando un lugar paulatinamente entre la formación militar, deportiva y musical, en algún momento allá por el siglo VI antes de la era cristiana la enseñanza de las letras y los números traspasó la férrea línea de los privilegios de la aristocracia, los círculos de los nobles, otros estratos interesados por conocer los contenidos de los libros los fomentaron a las nuevas generaciones, muchos de ellos pagaron por conseguirlo, esa práctica minoritaria fueron los orígenes de del nacimiento de las escuelas, esos sitios colectivos del aprendizaje, quedando registrado por el escritor Pausanias en su Descripción de Gracia, donde se menciona a unos alumnos recibiendo clases en un pequeño islote del mar Egeo.
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Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).