«La labor que realizan los órganos autónomos ha contribuido a fortalecer la democracia en México, combatir la desigualdad y diseñar mejores políticas públicas. También han sido esenciales para vigilar la competencia y evitar altos costos a los consumidores, regular la extracción de hidrocarburos y hasta ayudar a que más persona tengan acceso a internet. Han resultado relevantes para garantizar el derecho a la información (la protección de datos personales), y aportar datos datos sobre la pobreza y la educación». Lo escriben Dulce Soto, Ana Luisa Gutiérrez y Patricia Tapia en una nota de «Expansión Política» titulada «Autónomos en vías de extinción lograron victorias en derechos humanos».