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E-Consulta Veracruz

La señora Virginia lleva una vida dedicándose a la producción de noche buena en La Estanzuela.

Francisco de Luna

Virginia Villa Hernández, es una de las productoras de flores de nochebuena en la localidad La Estanzuela, Emiliano Zapata, municipio conurbado con la ciudad de Xalapa, Veracruz.

Contó que cada año produce entre 7 y 9 mil plantas; las siembras comienzan a finales de julio y principios de junio para que a mediados de noviembre las flores ya estén listas para las ventas.

La señora Virginia lleva 34 años en esta labor: “Somos 11 viveros en los cuales trabajamos 20 productores y tenemos una producción de 120 mil plantas en Estanzuela”, contó durante la entrevista en la comunidad, misma que se ubica a 20 minutos de la capital veracruzana y está asentada en la carretera Las Trancas – Coatepec.

Hay una gran variedad de colores, pero el 90 por ciento de la cosecha es roja porque es la tradicional; también los hay en rosado, blanco, amarillo, salmón, moteadas. Ahora se ha vendido casi todo.

El precio de las nochebuenas en los viveros de La Estanzuela es en 50 pesos comprado en el vivero. “Vienen de muchos lados a traer de San Andrés Tuxtla, de Catemaco, de Veracruz, Xalapa, Coatepec, y otras veces de otros estados como Tlaxcala, Chiapas y Oaxaca”.

Reportaron buenas ventas durante esta temporada de diciembre de 2024. Los viveros comenzaron a quedarse sin flores desde el 14 de diciembre porque la demanda fue buena, contó la señora Virginia Villa Hernández.

La productora dio a conocer que los cuidados a la flor son muy complicados, principalmente por los hongos y bichos que en ella se adhieren, sobre todo cuando florean.

México cuenta con variedades desarrolladas durante varias generaciones, de las cuales, se han patentado 12. Su nombre original, en náhuatl, es cuetlaxóchitl, que significa “flor que se marchita”.

La Flor de Noche Buena crece de manera natural en bosques tropicales subcaducifolios, aunque se puede encontrar en selva húmeda y en bosques de galería como los de Guerrero y Morelos. La mayoría de estas flores requieren sombra, porque el sol las seca.

En la actualidad, en poblaciones cercanas a las zonas donde crece de manera silvestre siguen adornando los altares con la flor.