La cafetería El Escorial fue abierta al público en 1958, en el interior del Pasaje Enríquez. Su creador, el señor García Salmones, la vendió a Antonio Ballesteros. Fue él quien le dio un toque muy original, tenías buena repostería y fuente de sodas. A finales de los años setenta y principios de los ochenta incluyeron música viva. Quizá algunos de nuestros lectores recuerden esta excelente cafetería. Lo publican en «Xalapa Antiguo» de Jorge Díaz.