«Me dicen quienes me visitan en mi domicilio por varios sustos o avisos  del corazón, que Dios pone pruebas en sus guerreros, y me considero así después de salvar la vida en dos vuelos de avión, un bimotor en Coatzacoalcos, y un Cesnna aterrizando en Rinconada. Una más fue cuando el secuestro  Y ahora el temor de morir por fallas de un corazón que ha soportado 58 años de desvelos, fatigas, viajes, recooridos por Veracruz en cinco ocasiones, campañas poíticas, reportajes. Y que es cuando vemos que aparecen los verdaderos amigos». Es parte de lo que escribe Alfonso Mora Chama en su columna  «Espacio 13».