«Alberto Islas llegó a dar la sorpresa. la grata sorpresa. Decidió, para bien de la ciudad capital, dar continuidad a la obra social y material del presidente Ricardo Ahued, pero le aportó su particular visión. Es decir, los trabajos en el Ayuntamiento siguieron el mismo rumbo y se aprecia la mano de un funcionario que  ha sido eficiente y honesto en sus responsabilidades anteriores». Es parte de lo que escribe Sergio González Levet en el Notiver de don Alfonso Salces.