Las manifestantes acudieron en su mayoría en pequeños grupos o de forma individual, con el deseo de volver a llenar las calles de colores morados y verde, que simbolizan la exigencia de respeto a las mujeres, a su vida y el derecho a decidir sobre su cuerpo.
El contingente que más temprano inició la movilización, desde mediodía, fue el de las madres buscadoras, que reunidas en la Glorieta de las y los desaparecidos, y la Glorieta de las mujeres que luchan, hicieron interminables, por numerosos, los pases de lista por las mujeres, niñas y niños, adultos que han desaparecido y que no son buscados, pero mantienen movilizadas a uno de los sectores más numerosos del país: las madres de familia.
El último contingente en salir de la Glorieta del Ángel, en la retaguardia de la movilización, lo hizo alrededor de las 15: 35 de este sábado. Pero el llamado “bloque negro” de mujeres que se han distinguido en otros años por la protesta violenta pero contra monumentos, fachadas y locales comerciales, se adelantaron, y esta vez no fueron el último grupo en salir, en la retaguardia, ya de la marcha, que camina sobre avenida paseo de la reforma con rumbo al Zócalo capitalino.
Mujeres feministas adelantaron sus pintas y destrozos de mobiliario urbano en el paradero del metrobús Reforma, de la línea 7.
Ahí agredieron y rompieron el vidrio del parabús, sin causar mayores afectaciones, salvo al inmobiliario urbano.
Las manifestantes, que otros años aún constituyen un bloque numeroso en el Ángel de la Independencia hasta las 17:30 horas, ahora se vieron disminuidas en presencia y la avenida Reforma lució por momentos vacía, en espera del paso de un nuevo contingente, que ahora lucieron menos nutridos.
A la marcha acudieron además políticas que se unieron a los contingentes de las manifestantes como la excandidata presidencial Xóchitl Gálvez, la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada.