«Hace ya varios años, me envía mi compadre Carlos Vasconcelos a la ciudad de Bronsville, Texas, a localizar a un individuo  de apellido Figueroa a quien le había depositado diversas cantidades de dinero para que realizara los trámites para internar  una maquinaria que había adquirido para su empresa JOCCE, y esta persona no aparecía por ningún lado, por lo que en compañía del Capitán Carlos Loza y Sergio de la Torre nos trasladamos a dicha ciudad. Lo encontramos,  empezamos a platicar con él, y la finalidad era emborracharlo,  y ya en ese estado cruzar la frontera para entregarlo a las autoridades, pero el resultado fue que él nos emborrachó a los tres y no fue posible cumplir con el encargo». Lo escribió Mario Ulises Pereyra Esquivel en su libro «Mis Recuerdos».