Ese escenario se repitió a nivel global. Mientras el mundo se resguardaba en sus casas de un diminuto pero contagioso y mortal virus, científicos y expertos en vacunas se ponían en acción. Urgía encontrar una vacuna contra covid-19, la enfermedad que surgió hace cinco años y trastocó la normalidad.
A contrarreloj para encontrar vacunas
Fueron días estresantes, recuerda Carlos Molina, líder médico de vacunas en Pfizer México e involucrado en el desarrollo de la dosis anticovid de ese laboratorio.
La tensión se intensificaba para los científicos porque miles de personas morían y otras miles se contagiaban cada día por la peor pandemia de los últimos 100 años.
Y, sin embargo, esto no quebró a la comunidad médica. Por el contrario, los esfuerzos de diferentes países se unieron. Laboratorios y especialistas compartieron información y muy pronto se logró la primera secuencia genómica del virus.
“Fuimos capaces de identificar muy rápido el genoma del virus y detectar cuál era la proteína que utilizaba como llave para abrir la cerradura, entrar e infectar las células del cuerpo humano”, explica a Expansión Política.
Estos fueron los primeros pasos necesarios para trazar la ruta de una posible vacuna. El siguiente fue diseñar la tecnología adecuada.
La tecnología ARNm
Los científicos recordaron un hito de hace dos décadas: Katalin Karikó y Drew Weissman descubrieron cómo modificar las moléculas del Ácido Ribonucleico Mensajero (ARNm) para utilizarlas como agente terapéutico. Por esta aportación científica se les concedió el Premio Nobel de Medicina en 2023.
“Vinimos a darnos cuenta que era una plataforma importante después de una pandemia”, explica Molina.
El ARNm permite enviar un “código” a las células para que los glóbulos blancos produzcan anticuerpos, es decir, protejan de un agente extraño.
Con esta tecnología, los científicos crearon algunas vacunas contra covid con un método distinto y seguro: no necesitan introducir el virus completo al cuerpo humano, sino utilizar una proteína presente en la superficie del virus que contiene su información genética.
Además, al no requerir un cultivo celular, que lleva muchos recursos y tiempo, la producción de vacunas se hizo en tiempo récord. Una revolución en la ciencia médica.
“La verdad es que nunca lo imaginé”, dice Molina sobre lograr el desarrollo de la vacuna en unos meses, cuando anteriormente se requerían cinco o más años.
Un lustro después, narra estos sucesos con un sabor agridulce. Por un lado, sintió una inmensa felicidad cuando el último ensayo clínico de la vacuna arrojó resultados positivos. “Se vivió con mucha alegría”, dice. Por otro lado, el covid ya dejaba en el mundo una estela de muertes y sufrimiento.
Nunca pensé que fuéramos a actuar de forma tan rápida, sin embargo, se perdieron muchas vidas en el camino”,
Hasta octubre de 2024 se contabilizaban 7.7 millones de decesos por covid a nivel global. En México se registraron más de 300,000 hasta junio de 2023, tras el levantamiento de la emergencia sanitaria.
No obstante, un estudio de la revista The Lancet estimó que, solo en el primer año de aplicación de las dosis covid, se salvaron 20 millones de vidas.
La actualización de las vacunas
Una vez listas las vacunas, su aplicación fue masiva. Las primeras dosis llegaron a México en diciembre de 2020, pero en muchos países con menores ingresos tardaron más.
Conforme las poblaciones accedieron a ellas, pudo controlarse la pandemia, incluso con las mutaciones del coronavirus.
“La vacunación en masa fue lo único que nos permitió salir del confinamiento, fue lo que permitió a la gente volver a abrazar a sus seres queridos”,
Pero la historia de las vacunas covid no termina todavía. El virus sigue presente en el mundo y las personas con mayor riesgo de enfermar de gravedad necesitan refuerzos.
Así que, a medida de que el SARS-CoV-2 muta en nuevas variantes, muy distintas a la original, las dosis deben actualizarse para mantener su nivel de efectividad.
La vacuna de Pfizer se ha modificado cinco veces y esto es posible gracias a la tecnología ARNm.
“Nos permite construir vacunas en menos de 100 días dependiendo la nueva variante que esté circulando”, afirma.
Dudas sobre vacunas
A pesar del impacto positivo de las vacunas en general, durante la pandemia de covid se incrementó la desinformación sobre las dosis y en los últimos años creció un movimiento antivacunas global, con consecuencias desastrosas. Mientras las coberturas de vacunación bajan, algunas enfermedades que se consideraban erradicadas resurgen, como el sarampión.
“Si haces vacunas te tardarás tres, cuatro, cinco años y luego encuentras que alguien con un tuit o con un mensaje por Instagram trata de minar esa confianza”, señala.
Molina dice que es normal tener dudas sobre la vacunación, pero subraya que se pueden resolver con acceso a fuentes confiables.
“La pandemia nos deja un mensaje muy claro: después de la potabilización del agua, la vacunación es la medida más costo efectiva para prevenir enfermedades infecciosas”, indicó.