La UV bajo secuestro.
Astrolabio Político.
Por: Luis Ramírez Baqueiro.
“Nada más elocuente que la acción.” – William Shakespeare.
La reciente decisión de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana (UV) de otorgar una prórroga al actual rector Martín Aguilar Sánchez para continuar por otro periodo al frente de la institución no solo resulta cuestionable, sino que constituye una violación flagrante a los principios que rigen la vida universitaria.
El rector, cuya edad rebasa los límites marcados por la normatividad interna para ser elegible, ha sido ratificado bajo un procedimiento opaco, sospechoso y profundamente lesivo para la autonomía de la Máxima Casa de Estudios de Veracruz.
Lo que está en juego aquí no es un simple nombramiento, sino el respeto por la legalidad y la autonomía que durante décadas costó construir.
La Junta de Gobierno, órgano supuestamente garante de la vida académica y de los procesos institucionales, ha optado por doblegarse ante intereses oscuros, desoyendo incluso a la propia gobernadora Rocío Nahle García, quien con claridad expresó su desacuerdo con la reelección, mostrando respeto por los procesos internos de la UV. Esa expresión no fue solo una sugerencia política, sino una postura institucional que fue despreciada sin pudor.
Más grave aún resulta el hecho de que la Junta de Gobierno haya ignorado a ex rectores, académicos, investigadores y aspirantes que manifestaron su preocupación por este atropello.
Lejos de abrir un diálogo respetuoso y plural, optaron por sellar una decisión que ya parecía escrita desde antes de iniciado el proceso.
¿Dónde quedó el principio de mérito académico, la transparencia en la evaluación de perfiles y el compromiso con la comunidad universitaria?
La UV ha sido, históricamente, un baluarte del pensamiento crítico y la formación de generaciones de veracruzanos. Hoy, lamentablemente, parece estar a merced de una estructura cupular que actúa con visos de corrupción, perpetuando un modelo de poder sin contrapesos.
La prórroga otorgada al rector Aguilar Sánchez no sólo viola el reglamento, sino que deslegitima a la propia Junta de Gobierno, que se ha conducido de forma negligente, irresponsable y cómplice.
Este atropello no debe pasar desapercibido. Las universidades públicas son pilares de la democracia, pero también reflejo de la salud institucional de un estado.
Si la UV claudica en sus principios, si permite que intereses personales o facciones internas dictan el rumbo de su rectoría, entonces Veracruz pierde mucho más que un proceso académico: pierde credibilidad, confianza y un símbolo de su vida intelectual.
Ha llegado el momento de exigir rendición de cuentas. La autonomía universitaria no puede ser el pretexto para legalizar abusos.
Hoy, la UV no es más autónoma, es rehén de una Junta de Gobierno que ha pisoteado su legado y que hoy debieran ser castigados y sancionados por tan manoseado proceso electivo.
Al tiempo.
astrolabiopoliticomx@nullgmail.com
“X” antes Twitter: @LuisBaqueiro_mx
Ventanaver.
Foto de JG UV.