«Se reunen para acordar nada. No van a resolver las cosas con autocomplacencias», escriben en «Versiones» que dijo ayer. Después de la declaración de la gobernadora Rocío Nahle en  el Consejo: «Se puede disentir, pero a lo que no se tiene derecho es a destruir un movimiento»,  Manuel Huerta recibió la semana pasada pasada una «golpiza mediática», donde hasta traidor le dijeron. Trata hoy de levantar un poco su imagen. Ya hasta su compañero de Facultad, Martín Aguilar, está preocupado. Foto de Manuel Márquez.