AL ESTILO MATHEY
Gustavo Cadena Mathey
Mexico
Voceador, Monaguillo y Seminarista, el camino de Cadena Mathey al periodismo.
El periodista Ángel Gustavo Cadena Mathey comenzó como voceador, su camino en el mundo del periodismo en Acayucan, su lugar de origen.
Además de voceador y monaguillo, fue seminarista en Santiago Tuxtla y Catemaco, se tituló como Técnico en Máquinas y Herramientas con especialidad en Torno, en el CECATI de Minatitlán.
Ya de joven, en la capital del estado inició estudios de leyes en la Universidad Veracruzana, pero prefirió forjar carrera como reportero en el Diario de Xalapa. Allí empezó de corrector, cronista de deportes, de información general y comentarista de política.
Posteriormente ha ejercido el periodismo desarrollando una carrera de más de 50 años que incluye campañas electorales para gubernatura, senadurías, diputaciones y alcaldías, Además, ha sido enviado especial al extranjero a reportear asuntos en Roma, Florencia y Madrid, en Europa y Houston, Chicago y Miami, en EU, además, su trabajo le ha valido el reconocimiento de Premio Nacional de Periodismo, otorgado por periodistas de la capital del país: el Club de Periodistas de la Ciudad de México.
Por otra parte, ha desempeñado tareas de comunicación social en importantes dependencias del gobierno estatal como Tránsito, Seguridad Pública, Congreso local y Poder Judicial y ha sido corresponsal de periódicos como El Universal y Excélsior. y la empresa Televisa Eco. La trayectoria de Ángel Gustavo Cadena Mathey, que comienza desde la infancia y evoluciona hacia una carrera profesional y reconocida, a sus 73 años de edad, no es común hoy en día, pero históricamente ha sido un camino notable y respetado en el periodismo mexicano.
En resumen, el desempeño del Sr. Cadena Mathey es una muestra de la "vieja escuela" del periodismo, donde la vocación y el trabajo duro eran los pilares de una carrera exitosa.
En los tiempos del año 2025, con la proliferación de escuelas de comunicación y periodismo, este tipo de trayectoria es menos común, pero no por ello menos valiosa. Al contrario, es un testimonio de la dedicación y el profundo amor por el oficio que solo se adquiere al vivirlo desde sus cimientos.