«La designación de Enrique Ochoa en el PRI es una respuesta a Manlio Fabio Beltrones quien, con su renuncia y comentarios respecto a la responsabilidad que un gobierno tiene para que su partido sea bien reconocido y bien votado, puso en evidencia y abrió un boquete a Peña Nieto y su grupo cercano. Beltrones, a no dudarlo, ya debe estar operando. No se va a quedar cruzado de brazos. Vienen procesos electorales muy importantes, como los del Estado de México, Y el PRI, aseguran sus seguidores que son muchos, no puede sacudirse con personajes como Ochoa reza la imagen de corrupción. por eso le digo que el PRI parece encaminado en la ruta de la escisión». Lo escribe en «El Universal» de Ealy Ortiz».