Cápsulas Empresariales
Ventana de la máscara de plata: por Manuel Antonio Santiago
Ventana de la máscara de plata
Era de madrugada. Bostezó largamente. Elevó el brazo izquierdo a la altura de sus ojos. Miró su reloj. Las ávidas flechas fosforescentes marcaban las tres de la mañana. No podía dormir. El calor de la canícula hervía en la habitación como en un caldero de demonios. La obscuridad era lodo negro de un profundo pantano. Sólo la luna mojaba de luz su cara, la hacía brillar como en un incierto carnaval nocturno. El fuerte resplandor colgaba en su abatido rostro una somnolienta máscara de plata. El insomnio estaba de fiesta.
Manuel Antonio Santiago.
Foto de Víctor León.
"Pica como una avispa y vuela como una mariposa"
Hace más de siete años, un 3 de junio, dejó de existir el que fue el boxeador más grande de todos los tiempos: Muhammad Ali, también conocido en algún tiempo por su nombre de esclavo Cassius Marcellus Clay Jr. Un hombre que fue construyendo su personaje, primero, a partir de sus indiscutibles dotes boxísticas, después, de su grandilocuencia, locuacidad, verborrea, histrionismo, actuación y genialidad. Fue campeón de peso semi completo en Roma 60, todavía conocido por el mundo como Cassius Clay, fue campeón del mundo de la máxima categoría del boxeo a los 22 años cuando arrebató el título a su compatriota Sonny Liston, un 25 de febrero de 1964 en el Convention Hall de Miami Beach, Florida, a partir de ahí cobró celebridad cuando se enfrentó a la pelea más dura de subida, contra su país al negarse a ser reclutardo para ir a combatir la guerra de Vietnam, esto le costó ser despojado de sus licencias para boxear y le fueron retirados los títulos de la Asociación Mundial de Boxeo. Se enfrentó a lo más granado de su tiempo, inclusive otras leyendas del cuadrilátero como Joe Frazier, Sonny Liston, George Foreman, Ken Norton, Jimmy Ellis, Oscar Bonavena, Bob Foster, Jerry Quarry, Ernie Shavers y a Chuck Wepnner. Dicen que fue la inspiración de Silvester Stallone para crear Rocky Balboa. Ali convirtió al boxeo en un espectáculo al que seguían millones a nivel mundial, en algo fantástico, grandioso, dramático y lleno de teatralidad y gesticulaciones vociferantes. Nadie como Alí, van a pasar muchos años para que vuelva a surgir una figura como él. Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal. Foto de "La Tercera".
Los mangos de Manila
Hay dos cosas que la gente de mi tierra llevamos muy metidas en el alma: el café (Coffea) y el mango (Mangifera indica L.) de Manila o manila como ordinariamente se le conoce. Según dicta la historia, fue el caballero español don Juan Antonio Gómez de Guevara, conde de Oñate, el que introdujo en México –todavía no éramos independientes- a principios del siglo XIX (1804) las primeras plantas de los dos cultivos. El primero lo importó de Cuba y el segundo lo trajo de Asia, de las Islas Filipinas. Ambos frutos se aclimataron de inmediato en las ricas tierras de su hacienda Guadalupe, hoy La Patrona, en el municipio de Amatlán de los Reyes, pegadito a Córdoba, de hecho los cordobeses nos debemos a los huatusqueños, coscomatepecanos y a los amatecos. Pero hablando específicamente del mango, cuyo cultivo se ha extendido a todo el trópico húmedo del país, pues simple y sencillamente es una fruta deliciosa, de sabor delicado, sofisticado pues, aromático, único, que ya empieza a hacerse presente en los mercados del país. Entre paréntesis diré que la fecha para su cultivo no tiene palabra de honor, a partir del año nuevo y si el invierno fue benigno, desde enero ya se lo puede encontrar. En Xalapa tenemos muy a la mano un mango que se cultiva en la zona de Tuzamapan y Jalcomulco, que tiene la ventaja, su “carne”, de tener menor proporción de humedad con respecto al de la zona de la zona de Cosamaloapan (Chacaltianguis), que es fácil de identificar al madurar porque su fruto se llena de manchas negras lo que anuncia su proceso de descomposición. Por el contrario, el de acá cerca tiende a “enjutarse”, es decir se arruga pero no necesariamente se descompone. Últimamente hay una variedad de un sabor muy agradable, el ataulfo, originario de Chiapas, que tiene una ligera nota de acidez pero cuya cáscara es más resistente. Luego comentaré del rancho “El mango de don Bartolo” de la familia Rullán. A comer mango se ha dicho. Lo escribió hace algún tiempo Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.
Las mujeres de la Revolución Mexicana en la Biblioteca del Congreso de los EU
Las mujeres participaron de muchas maneras en la Revolución. Algunas, como Margarita Neri, Elisa Griensen Zambrano, Encarnación Mares y la coronela María Quinteros de Meros lucharon en el mismísimo frente. Otras, como Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, Edith O’Shaughnessy, Hermila Galindo y Alma Reed tuvieron más éxito como periodistas, defendiendo los derechos de la mujer, describiendo batallas y presentando una imagen positiva de la Revolución en el extranjero. Por el contrario, otras, como Luz Corral y Alma Reed, alcanzaron la fama como esposas y prometidas de hombres prominentes durante la Revolución. Va la mención de Luz Corral, primera esposa de Pancho Villa. El Centauro tuvo su primer encuentro con su primera esposa, Luz Corral, en 1910 al llegar a San Andrés, Chihuahua. Villa fue al pueblo para requisar provisiones para sus hombres. Al descubrir la pobreza de la madre de Luz, Villa sólo se llevó maíz, café y tabaco de su modesta tienda. La propia Luz llevó las provisiones a las tropas. Friedrich Katz narra que Villa quedó inmediatamente prendado de ella y le propuso matrimonio al instante, una vez finalizado el conflicto, sin perder tiempo con un cortejo formal. Aunque Luz aceptó, su madre no estaba tan dispuesta a consentir esa unión e incluso trató de interferir, pero sin éxito. Katz admite que la madre de Luz tenía razón al mostrar cierta reticencia con los planes, pues Villa ya había propuesto matrimonio a varias mujeres en Chihuahua. Sin embargo, Villa se casó con Luz después de la firma del Tratado de Ciudad Juárez en 1911. Aunque Villa llegó a casarse con otras mujeres, Corral está considerada como su primera, y la única que contribuyó a su carrera política. Villa dejó oficialmente a Corral en 1921. Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.
Dos grandes voces de México
Ahora que hablamos de algunas de las voces más importantes del mundo el siglo pasado, que ya dejamos claro que, para nosotros fue Francis Albert Sinatra Garaventa, mejor conocido como Frank Sinatra, hubo varios lectores a los cuales les pareció un tanto injusto que dejáramos de mencionar a dos grandes voces, mexicanas ambas, y que sí, es cierto merecerían formar parte del selecto grupo de las “mejores voces” del siglo pasado, desde luego haciendo la aclaración de que fueron voces grandes, de mucha repercusión, sobre todo en Latinoamérica, pero que nunca alcanzaron una presencia mundial relevante, y nos referimos concretamente a Marco Antonio Muñiz y a José José. Y efectivamente, tienen razón nuestros lectores porque en el caso del primero, “el lujo de México” como alguien lo llegó a bautizar muy acertadamente, nadie como él para interpretar con tanta elegancia el bolero, ¡ah qué manera de cantar de Marco!, y presenciar personalmente su espectáculo era otra cosa. Se decían muchas cosas de este hombre longevo y de privilegiada voz, desde que era un borracho hasta de su adicción por algún estupefaciente, la verdad es que nunca creímos ninguna de esas versiones, Marco era grande y cantaba como pocos. En el caso de José José, si la de Marco era una voz privilegiada, la de este hombre era una voz que solo Dios se la podía haber dado. En nuestros años preparatorianos todo mundo quería cantar como él, sus canciones eran las preferidas para que se entonaran en los “gallos”, por supuesto después de las de cajón: “Despierta”, “La Barca”, “El Reloj”, “Página blanca”, etc., ya sabe usted, sus éxitos de Rafael Pérez Botija, Juan Gabriel, Roberto Cantoral y de José María Napoleón. Grandes voces las dos sin duda,. ¿Usted qué opina? Lo escribíó, hace más de dos años, Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.
El requinto de un inmortal
Un día le preguntaron al gran Eric Clapton que ¿Qué se sentía ser el mejor guitarrista del mundo?, su respuesta rápida y sin tanto pensarlo fue: “No sé, pregúntenle a Prince”, y tenía razón Clapton, Prince a lo mejor no era el mejor pero estaba entre la élite de guitarristas mundiales, no sé si el primero o el último, pero sí era un guitarrista extraordinario, para mí mejor instrumentista incluso que cantante. A todos nos agarró fuera de base la sorpresiva muerte por inesperada de Prince (Prince Rogers Nelson), y es que el de Minnesota era un chamaco de apenas 57 años (el pasado 7 de junio cumpliría 66 años). Prince, junto con David Bowie –tal vez su par en la pintura era Dalí- eran personajes únicos e irrepetibles, eran como la esencia misma del “camaleonismo”, dicho esto en el sentido más histriónico de la palabra, es decir, eran extravagantes, icónicos, iconoclastas, multicolores, “performanceros”, músicos talentosísimos e inteligentes. Nunca me consideré un fan de Prince, como tampoco lo fui de Bowie –sí lo fui y lo sigo siendo de Dalí-, todavía no alcanzo a comprender su “sonido Minneapolis”, que es una mezcla de géneros musicales, pero sí, definitivamente lo admiré como instrumentista, pocos rasgaban la guitarra como él, hasta parecía que jugaba con la de 6 cuerdas, ¡qué manera de ejecutarla!, y para los que somos rockeros de coraza nos emociona alguien que toca la guitarra así y si no juzguen ustedes mismos cómo, en un ‘toquín’ de homenaje a George Harrison en el que coincidieron músicos como Tom Pretty, Steve Winwood, Jeff Lynne y el mismo hijo de George, Dhani Harrison, en donde interpretan de una manera magistral “While My Guitar Gently Weeps” (“Mientras mi guitarra llora suavemente”), que es una de las grandes composiciones del beatle más místico y que además es una canción que reúne todo: letra, música, muy buen ritmo, rock sensacional y toque de nostalgia y melancolía tan típicos en las composiciones de Harrison, además hay un toque inocultable de nuestro Tintán” en este Prince que salta a los ojos de todos: https://www.youtube.com/watch?v=6SFNW5F8K9Y
Lo escribiò Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.
Más de Oscar Chávez
En realidad a Óscar Chávez en su faceta de cantante ya lo conocí de adulto. Cuando llegué a México a cursar la profesional. Allá por el 78-79. Tarde si tomamos en cuenta que este trovador traía una ya una larga carrera que databa de 1963. Desde la primera vez que lo escuché conecté con su estilo, de lo que se conocía como nuevo canto latinoamericano, un poco una cruza con la canción de protesta que pusieron en boga en EE UU gente de la talla de Bob Dylan, Joan Baez, Cat Stevens e, inclusive, Simon and Garfunkel. Quién no recuerda las maravillosas interpretaciones de Baez del tema principal de la película ‘Sacco y Vanzetti’ (‘Here’s to You’) de 1971 (Guiliano Montaldo), ‘Los sonidos del silencio’ (1964) del que fue el dueto de Simon y Garfunkel y ‘La respuesta está en el viento’ (1963) de Dylan. Los años 60 fueron definitivos para el pensamiento libertario y emancipador de los jóvenes en todo el mundo, no hay que olvidar ‘Woodstock’ (1969), que fue como un grito de ¡acá estamos! Es precisamente en esos ambientes en donde surge el Óscar Chávez, siempre congruente, coherente, comprometido social y políticamente hasta el último día de su vida. Habría que ponerlo como justo homenaje a su memoria junto a otros grandes como Luis Eduardo Aute, Víctor Manuel y Joan Manuel Serrat; el uruguayo Alfredo Zitarrosa y los argentinos Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa. Un grande indiscutible nuestro gran Óscar, que además supo trascender el tiempo, los que fuimos jóvenes antes lo vitoreamos y los de hoy también lo llegaron a amar, coreando sus canciones conmovida y rabiosamente. Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.
De Pablo Neruda
1) "Tengo hambre de tu boca, de tu voz, de tu pelo..Y por las calles voy sin nutrirme, callado.. No me sostiene el pan, el alba me desquicia.. Busco el sonido líquido de tus pies en el día... Estoy hambriento de tu risa resbalada.. De tus manos color de furioso granero.. Tengo hambre de la pálida piedra de las uñas.. Quiero comer tu piel como una intacta almendra... Quiero comer el rayo quemado en tu hermosura.. La nariz soberana en tu arrogante rostro.. Quiero comer la sombra fugaz de tus pestañas... Y hambriento vengo y voy olfateando el crepúsculo.. Buscándote, buscando tu corazón caliente.. Como un puma en la soledad de Quitatrúe".
2) "Amo el trozo de tierra que tú eres.. Porque de las praderas planetarias.. Otra estrella no tengo. Tú repites.. La multiplicación del universo... Tus anchos ojos son la luz que tengo.. De las constelaciones derrotadas.. Tu piel palpita como los caminos.. Que recorre en la lluvia el meteoro.. De tanta luna fueron para mí tus caderas.. De todo el sol tu boca profunda y su delicia.. De tanta luz ardiente como miel en la sombra... Tu corazón quemado por largos rayos rojos.. Y así recorro el fuego de tu forma besándote.. Pequeña y planetaria, paloma y geografía".
Películas que nunca dejaré de ver: MAGG
Les quiero compartir cuáles son las películas que nunca voy a dejar de ver, a pesar de ya haberlas visto infinidad de veces. No son obras de arte de la cinematografía mundial, no son filmes premiados por la crítica mundial, no participan de los grandes festivales de cine como Cannes, Berlin, Sundance, Venecia o de San Sebastián, ni participan por los premios Oscar. Pero a mi me gustan por ligeras, palomeras, divertidas, algunas muy ingeniosas en sus tramas, otras son verdaderos blockbuster y, repito, cada vez que puedo las vuelvo a ver sobre todo porque las suelen repetir en la televisión, abierta y por cable. Y en este recuento empezaría con la saga de ‘Misión Imposible’, las de Tom Cruise (Ethan Hunt). Van 6, acabo de ver la última, no la había visto. Todas las podría ver cientos de veces. Desde la música del compositor argentino Lalo Schifrin, que me remonta a la serie de televisión original de 1966. Para darse una idea del éxito taquillero de los 6 films, le han metido poco más de 800 mdd y ha recaudado casi 3,500 mdd. Cada una ha ido superando a la inmediata anterior, acción pura. De ahí me brinco a ‘La boda de mi mejor amigo’ (1997), con Julia Roberts, comedia, en ella descubrí el lado más sensual de la Roberts. Sigo con ‘La joya de la familia’ (2005), comedia ligera de enredos familiares, protagonizada por Diane Keaton. Perfecta para ver en navidad. Continúo con ‘Duro de matar’, de Bruce Willis, las primeras son sensacionales. Después pondría a ‘Alguien tiene que ceder’ (2003) con Diane Keaton y un hilarante Jack Nicholson. La siguiente es ‘Nothing Hill’ (1999) con la Roberts y Hugh Grant. Y para terminar, por el momento, las sagas del 007 (quitando las de Thimoty Dalton y Pierce Brosnan) y ‘El Padrino 1 y 2, la 3 no me gustó. ¿Cuáles son las suyas? Lo escribió Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.
Don Julio 70, el tequila de tequilas
Probar este tequila, ha sido una de las mejores experiencias gastronómicas que he tenido recientemente. Sin temor a equivocarme, Don Julio 70 es un tequila que marca un antes y un después en la amplísima variedad de bebidas espirituosas de ese tipo. Antes debo decir que este tequila lo probé por primera vez en el feudo de Laureano Martínez Sánchez (La Paz de María), y es, a diferencia de otros tequilas, un licor que hay que tomarlo solo, es tan delicado su sabor que no necesita nada más para degustarlo. Cualquier cosa con que lo acompañe definitivamente van a malograr la experiencia de saborear un destilado de Agave tequilana Weber azul de excepcional calidad. Olvídese de la sangrita, del limón y la sal, tiene que ser directo, con una entrada de tostadas de cazón caza muy bien, un queso fuerte y algún serrano, pero sin mezclarse, todo a su tiempo. Si no lo ha probado dese el gusto de probarlo, es un tequila en el que no hay que ser un conocedor, como el que escribe, para adivinar las notas que lo caracterizan: en primer lugar su añejamiento, a leguas se nota que es un reposado, el sabor a la barrica resalta; después, de que se trata de un tequila suave, amable, ligeramente endulzado, cristalino, brillante, y va a decir usted que qué mamón soy, pero también se perciben repiques de guayaba, cítricos y vainilla, ¡degústenlo y me dicen si no! . En pocas palabras, y si me permiten la expresión, ¡Don Julio 70 es un tequila que nació sin madre! La casa que lo elabora lo sacó en una edición especial por los 70 años de fundada, pero hasta la botella es excepcional, pena da tirarla. Lo publica Marco Aurelio González Gama, directivo de este Portal.