Hace una semana escribía sobre el Abusómetro y sus cifras acerca del desvío de recursos y la corrupción en materia educativa.
Hoy, la noticia la dan los senadores; bueno, para ser precisa las senadoras que, como el periódico Reforma lo publica, han dado la “vuelta al mundo… con cargo al erario”
Tan sólo en 9 meses, de los 128 senadores que son, 97 han realizado viajes al extranjero (434 viajes) con viáticos desde 13 mil y hasta 135 mil pesos. Si hablamos de totales, según la Unidad de Pago a Senadores de la Tesorería de la Cámara Alta, los legisladores han gastado más de 31 millones de pesos en boletos de avión y hasta 7 mil pesos diarios en viáticos.
Los comentarios de indignación no se hicieron esperar al conocer que la panista Gabriela Cuevas ha gastado 1.5 millones de pesos en boletos de avión y 840 mil pesos en viáticos en 21 viajes al extranjero. La priísta Marcela Guerra 1.3 millones de pesos en boletos de avión en 18 viajes. Blanca Alcalá (PRI) 736 mil pesos en los pasajes de 14 viajes. Laura Rojas (PRI) 829 mil pesos en boletos de 12 viajes.
Pero no sólo las mujeres gastan, el senador por el PRD, Rabindranath Salazar Solorio, también se ha echado 13 viajecitos y ha gastado 1.2 millones en boletos de avión y 725 mil pesos en viáticos.
De inmediato, la priísta Marcela Guerra a través de su página de internet, se justificó de tanto gasto al decir que “No son viajes de lujo ni de placer” sino de trabajo, ya que es presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores para América del Norte, Secretaria de la Comisión de Relaciones Exteriores y otros tantos nombramientos internacionales, que según ella, “ameritan sus constantes y caros viajes”.
Realmente los mexicanos entendemos que los senadores tengan que viajar para realizar su trabajo pero ¿Por qué viajan en clase business y no en clase turista que es más barata?
Según indica la nota de Reforma, cuando los legisladores recién llegaron al Senado, modificaron los Lineamientos de Racionalidad y Austeridad Presupuestaria, eliminando la cláusula que decía “No se expedirán boletos de primera clase”.
Pero le decía, cualquier empleado que realiza una comisión recibe viáticos, la diferencia es que tiene un tope y lo que gaste de más lo tiene que poner de su bolsa. Realmente no creo que en el Senado exista un tope de gasto, ¡vamos! ¡si ni siquiera existe transparencia del dinero que utilizan!
Según el último censo, en México somos 112 millones 336 mil 538 habitantes, de los que se dice el 85 por ciento nunca ha viajado en avión; es más, existe una probabilidad muy alta de que nunca viajen por ser pobres o estar en pobreza extrema. Luego entonces ¿no es un insulto de “nuestros representantes” realizar ese tipo de gastos?
Tan sólo se dice que en dos giras, los legisladores gastaron 4.2 millones de pesos con la finalidad de estrechar lazos de amistad, impulsar el diálogo y la concertación política, pero realmente ¿en qué chingaos nos beneficia eso a los mexicanos?
Realmente a la mayoría de los mexicanos no nos interesa las relaciones entre países, lo que nos preocupa es tener para vivir, pero al parecer “los viajes de negocios” de los senadores no se han reflejado en la economía, pues según datos del Inegi, en el segundo trimestre del 2014, ésta sólo creció un 1.6 por ciento.
Asimismo, el Inegi reportó que en julio de 2014, la tasa de desocupación (desempleo) aumentó a 5.47 por ciento de la Población Económicamente Activa. Traducción más simple: aproximadamente 5 de cada 100 personas que trabajaban se quedaron sin empleo. Un número relativamente elevado desde hace 34 meses.
Viendo la situación económica que realmente vivimos ¿sirve de algo tanto gasto de senadores?
Y conste que no hemos visto los gastos de los funcionarios de gobierno de los diversos niveles, ni de diputados federales ni de los locales que hasta se llevan a familiares a sus congresos a costillas de millones de mexicanos y de los impuestos que nos cargan.
¡Újule! Ya ni sumo porque hasta diarrea me da.
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