La muerte de Guillermo Pozos Rivera se tiene que aclarar, por el bien de nuestra comunidad se tiene que aclarar, pero se tiene que aclarar con la verdad, sin siquiera pensar en la salida del “chivo expiatorio”; por el bien de la justicia se tiene que aclarar.
Pero ya empezaron mal, ya empezaron con las contradicciones. Primero nos dicen que lo asesinaron a balazos y que incluso le dieron el tiro de gracia y luego salen con la historia de que fue a puñaladas y del famoso tiro de gracia hasta se olvidaron. Se supone que los encargados de la investigación son profesionales en su trabajo, cómo pueden hablar en un primer momento de balazos y tiro de gracia y después puñaladas. ¿Acaso son investigadores de patio de vecindad, peritos de lavadero que primero nos cuentan una versión y al rato cuentan otra?
La muerte de Guillermo Pozos Rivera se tiene que aclarar para que la procuración de justicia en el estado recupere su credibilidad. Han sido muchos reveses los que se han llevado, muchos muertos que se niegan, muchos desaparecidos que sólo se justifican; el camino de la procuración de justicia en el estado está pavimentado de impunidad. ¿Y qué es la impunidad? La impunidad es dejar sin castigo a los culpables.
La impunidad se ha convertido en un vicio de los delincuentes, quienes han encontrado los mecanismos para evadir la justicia, ya sea por el soborno, la extorsión y la complicidad.
La muerte de Guillermo Pozos Rivera se tiene que aclarar porque de otra manera la ciudadanía entiende que la procuración de justicia y los aparatos de seguridad se han dejado sobornar, se han dejado extorsionar o lo que es peor, se han vuelto cómplices de la maldad.
La muerte de Guillermo Pozos Rivera se tiene que aclarar para que el Estado no pierda su legitimidad. Siendo que el Estado es “el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad”, si una de sus instituciones, en este caso la que debería procurar justicia falla, entonces el estado también falla. Por ello la muerte de Guillermo Pozos Rivera se tiene que aclarar.
Todavía Manuel Rosete Chávez tenía la esperanza de que apareciera vivo su cuñado. Así lo expresó en su artículo que publicara el día lunes. Desafortunadamente Guillermo Pozos Rivera fue hallado pero sin vida. Vaya desde este espacio un sentido pésame para la viuda y su familia, así como para Manuel y su esposa por tan lamentable deceso.

¿Y JUANELO?
A todo esto, ¿dónde anda el alcalde de Coatepec? Se comprende que debe estar consternado por la muerte de quien fuera su tesorero, sin embargo desde que se supo que el tesorero había sido secuestrado, de Juanelo ni sus luces. Se sabe que ya no despachaba en palacio municipal, se sabe que el señor andaba como escondido porque según él, “las cosas estaban difíciles”. ¿A qué se refiere Roberto Pérez Moreno con que las cosas están difíciles? Seguramente Juanelo tendrá mucha información que aportar para el esclarecimiento del asesinato de Guillermo Pozos Rivera.

POSTDATA 1: HABLANDO DE IMPUNIDAD, ÁLVARO CAPETILLO A LA DELEGACIÓN DE LA SEV
Humberto Vázquez Medina, Agente tercero del Ministerio Público Especializado en Delitos Cometidos por Servidores Públicos, solicitó a la jueza de Pacho Viejo, mediante el acta de investigación FESP/560/08/III/I, una orden de aprehensión para Osvaldo Pérez Pérez, pero también para Álvaro Cándido Capetillo por el delito de “insolvencia fraudulenta”. Osvaldo Pérez cayó en la cárcel, pero Álvaro Capetillo quedó prófugo de la justicia. El día lunes 25 apareció muy campante, protestando como nuevo delegado de la SEV en el puerto de Veracruz. Mucho le tiene que agradecer por su impunidad a Salvador Manzur, quien es todo un experto en impunidad.

POSTDATA 2: HONESTIDAD ANTES QUE OBJETIVIDAD
Qué lecturas tan obtusas hicieron algunos de mi columna publicada en el periódico NEWSVER titulada “¿De qué tamaño es Miguel Ángel Yunes Linares?”. Luego el hecho de que Yunes Linares hubiera retwitteado mi artículo y subido a su muro mi columna replicada en Gobernantes.com hizo pensar a algunos incautos que un servidor se había pasado al bando de los azules. Nada de eso. Siempre he defendido en mi quehacer periodístico que para mí la honestidad está por encima de la objetividad. Lo que escribo es lo que pienso y por ello lo que expreso, sin buscar quedar bien con nadie, sin buscar quedar mal con nadie.

Armando Ortiz