Todos sabemos que nuestro país tiene una diversidad importante de grupos étnicos, sociales y económicos, sin embargo, la democracia en que vivimos nos obliga a deliberar y conseguir acuerdos para estar en condiciones de avanzar hacia un mismo objetivo que nos reporte beneficios a todos por igual.
En los acuerdos alcanzados en estos meses con motivo de las reformas estructurales se tuve que ceder para lograr establecer objetivos claros y la forma de avanzar unidos hacia ellos, parte de los resultados de ese común acuerdo están ya promulgadas en leyes producto de la reforma educativa, la hacendaria, la política, de telecomunicaciones y la energética, entre otras.
Estas reformas aprobadas y el contexto internacional convulsionado en algunas latitudes del mundo, ya sea por recesiones económicas como en Brasil o por tensiones bélicas como la existente entre Rusia con Ucrania, por citar algunos ejemplos, ponen al país en inmejorable posición para atraer más inversiones.
Debemos entender que en México quedó rebasado el tramo donde sólo bastaba que los partidos políticos se pusieran de acuerdo, ahora, es imprescindible que los ciudadanos respalden esos acuerdos tomados, ya que el éxito o fracaso lo vamos a compartir todos, desde el obrero, el patrón, el empleado de gobierno, hasta los grandes empresarios.
Como nunca, el país requiere nos sumemos al proyecto de nación propuesto por el presidente Enrique Peña Nieto. Los mexicanos deseamos y nos conviene un país productivo, moderno, industrializado, con paz y armonía social; pero esto sólo es posible si se logra la alianza con todos los sectores del país.
Esas alianzas son las que ha apuntalado nuestro Ejecutivo Federal en estos dos primeros años de gobierno, a fin de construir el andamiaje para avanzar no sólo en lo político, sino para impulsar el crecimiento económico que se refleje en el bolsillo de los mexicanos, así como la plataforma para disminuir la inseguridad y la ola de violencia sufrida en diversas partes del territorio nacional; de lo cual, seguramente en su segundo informe de labores que entregará este primero de septiembre al Congreso de la Unión y en la glosa que hagamos de éste, conoceremos a detalle.
Viene una nueva etapa para el país, en la que los mexicanos empezaremos a ver reflejados los beneficios de las comentadas reformas estructurales con el accionar del gobierno federal. De ahí que en estos meses la mirada estará centrada en gran parte sobre la Cámara de Diputados, ya que para conseguir la plena operación de las reformas, se debe garantizar en el Presupuesto de Egresos de la Federación el soporte presupuestal requerido para su instrumentación.
Por otra parte, en el Senado de la República, el Grupo Parlamentario del PRI impulsará reformas que fortalezcan el combate a la corrupción y propicien mayor transparencia, así como las encaminadas a atender la violencia escolar, migración, atención y combate al robo de hidrocarburos y fluido eléctrico, colegiación y certificación profesional, y protección a los adultos mayores, personas con discapacidad y los derechos de los niños, niñas y adolescentes, entre otras.