Septiembre es el mes de las festividades patrias, es el mes donde todos sentimos que pertenecemos a este país, hay fiestas y actos chicas y grandes, oficiales o particulares, hay muchos pretextos para organizar una fiesta. El sector oficial rinde homenaje a los héroes; la gran mayoría ve la comida, el baile y las bebidas bajo una óptica distinta, la del mes patrio.
No solo es el desfile o el “grito”, todo el mes es para celebrar, son las fechas para recordar que todos somos mexicanos; y nos guste o no, tengamos ganas o no de cambiar este país o de hacerlo mejor o dejarlo como está; aquí estamos todos.
Y como están de moda las reformas no sería de más que iniciáramos una más: el de cuidar nuestro entorno. Las culturas ancestrales guardaron culto a Chaac del Panteón maya; a Tláloc los teotihuacanos; a Pitao Cocijo los zapotecas y los totonacas a Tajín: el común denominador de todos siempre fue una relación de respeto y temor a la deidad que mandaba las lluvias. No se trata ahora de levantar altares, solo cuidemos el agua y no consideremos su abundancia como una calamidad; al contrario es la fortuna del paraíso, el privilegio de contar con agua en abundancia en casi todo el territorio.
La “tercera guerra mundial será por el agua” es una idea que ha rondado en las 3 últimas décadas con insistencia cuando se plantean los efectos del calentamiento global: el tema de la falta de agua dulce es uno de los efectos de mayor preocupación. Pero no es algo que sucederá dentro de mucho tiempo, de hecho a pesar de estar en temporada de tormentas tropicales y sentir las consecuencias de estas en ambos océanos; en el vecino país la cuenca de la California americana sufre de la sequía más grave en su historia, el 63% de la superficie del estado está en emergencia. Y tiene de que preocuparse “California produce el 15 % de las cosechas agrícolas de los EE UU y el 7.1 % de la producción ganadera”. La sequía tendrá efectos en la economía americana y la alarma es porque son 800 mil acres de tierras de cultivo que están sin producir por falta de agua y este estado aporta el 50% de la producción de vegetales.
Pero eso está lejos, fuera de nosotros y quizá nuestras ventas en frutas y hortalizas podrían repuntar y beneficiarnos. Sin embargo nos tiene que tener francamente alarmados, en nuestro país la contaminación de los cuerpos de agua dulce están siendo continuamente contaminados por actividades de tipo minero, industrial y los desechos de los asentamientos urbanos. No solamente desperdiciamos en forma irresponsable un bien preciado y deseado por 1,100 millones de personas (el 18% de la población mundial) que tiene un acceso escaso a ella y otros 2,400 millones no tienen acceso a ella de forma adecuada.
Si no cuidamos nosotros lo nuestro, nadie lo hará por nosotros y tendremos mucha agua, pero no apta para el consumo y sí muchos páramos; claro a menos que iniciemos la exportación de agua de segunda e igual nadie la querrá porque está contaminada. Pero lo que si se vislumbra que tendremos, serán miles de connacionales de regreso de los Estados Unidos, porque sin agua en California no hay cosechas, sin cosecha no hay miles de trabajos.
La ciudad de México de nueva cuenta se inundó y granizo, pero eso no es novedad y tampoco que los asentamientos humanos afectan las cuencas hidrológicas. En Interlomas el río San Joaquín, ahora de aguas negras, se salió de cause y causó inundaciones sobre avenidas y bulevares, el agua corre recordando su camino.
¿Qué pasará con el agua de los terrenos federales donde se ubican el Parque Ecológico Lago de Texcoco y el lago Nabor Carrillo?, esta zona salitrosa que formó parte del lago de Texcoco ahora tendrá “seis pistas en un territorio de 4,600 hectáreas en la zona contigua al actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México”; “los ganadores del proyecto aseguraron que las condiciones del suelo y sísmicas representan un reto“. Están consientes que existirán problemas pero “el negocio será el negocio” e igual se construirá y lo último del Lago desaparecerá y las aves migratorias y la vida silvestre recuperada desaparecerá de la “una vez región más transparente” y ¿dónde ira el agua que las pistas no absorberán por el asfalto?
Probablemente hay cosas que no serán fáciles de resolver pero en otras estamos a tiempo: un crecimiento basado en la degradación ecológica solo dejará hambre. Y el medio ambiente se cobra las facturas con intereses muy altos y con contratos a perpetuidad.
Estamos a tiempo, aún podemos abrir una llave y ahí está el agua. El declive de los mayas fue por falta de agua, el paraíso terrenal del Éufrates y el Tigris desapareció.
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* Zeus le da al hombre para regir sus ciudades Aidós q Díke (conciencia moral y justicia).