Una de las sorpresas más gratas que he experimentado en estos días, fue constatar la actitud de los dirigentes de la Universidad de Oxford, en virtud de que están invitando a los jóvenes del mundo a estudiar con ellos y tener la confianza necesaria para acreditar sus alcances, principalmente en las líneas y contenidos didácticos que cada aprendiente debe asimilar por sí mismo.
Existe el autodidactismo puro, no hay enseñanza directa ni mucho menos trato coloquial entre alumno y maestro; los exámenes se realizan a través de los medios electrónicos, tan de moda en los últimos años en el campo del conocimiento.
Tal parece que no es necesario conocer aulas, laboratorios, oficinas administrativas; mucho menos campos de beisbol o de futbol propiedad de las instituciones, porque cada estudiante se dedicará a realizar las acciones que tiene programadas para cumplir con la norma que rige los colegios y a las cuales debe su interés, para hacer diferente cada instante de la vida frente a las entidades colegiales.
Los pasos más recios y necesarios que diversas universidades del mundo están dando cuando aseguran que el aprendizaje depende de cada alumno y de sus compañeros, en lugar de ser dependientes de las explicaciones de los mentores que dedican su esfuerzo y su vida a estas acciones didácticas, son correctos. Es conveniente afirmar que han tenido éxito desde el surgimiento de los establecimientos de estudios superiores, cuyo origen se remonta al año 1167 en Londres, Inglaterra.
Por cierto, no existe quien asegure la fecha exacta de la fundación de la primera universidad en el mundo, pero quienes más se acercan son los ingleses, porque se lamentan de que Enrique II prohibió a los jóvenes asistir a colegios de educación superior en París; por ello se señala que, en ese año, Oxford inició su crecimiento cultural.
He podido observar que muchos estudiantes han encontrado enormes complacencias al demostrar con facilidad, que son capaces de aprender por sí mismos y superar los retos intelectuales que se encuentran frente a sí. Es la nueva actitud que se debe fomentar hasta descubrir comunidades de aprendientes que hayan sido convencidos por los enormes logros conseguidos en su aprendizaje cotidiano.
Estas tareas deben obligar al sistema a explicar qué es y en qué consiste el autoaprendizaje en los primeros años de escolaridad. Los alumnos menores de seis años hasta el grado de secundaria tienen que seguir dependiendo de la didáctica magisterial, porque aprender por uno mismo se puede hacer realidad con mayor eficacia a partir de los grados de educación media superior.
Este fenómeno se está presentando cada día con mayor fuerza y los jóvenes creen en él porque saben que, cuando dedican su tiempo a las acciones intelectuales o manuales que más les atraen, pueden triunfar de manera clara y adquirir costumbres que se aceptarán toda la vida para obtener por sí mismos los fines que persiguen.
Estos enfoques van adquiriendo mayor nitidez en los campos culturales; es un sendero muy atractivo y vigorizante que persuade para abrir un amplio campo dentro de la sociedad, y principalmente entre las familias, porque estudiar individualmente, investigar, resolver problemas y encontrar satisfacciones son imperativos propios de los autodidactas triunfadores.
Bien debe aceptarse la nueva tendencia porque los pormenores pueden ser discutidos ampliamente por los interesados y proyectar la misma organización entre los que logren identificarse en estas tareas para engrandecerlas ampliamente; así es que el trabajo está presente y los retos tienen que aceptarse para superarlos con satisfacción.
Conviene a los mexicanos comprender que durante 158 años no conocieron absolutamente nada de una escuela de educación superior, razón básica para conquistar una altura intelectual, técnica y científica, que rebasaron los europeos cuando impulsaron la creación de institutos universitarios.
Resulta sobresaliente que en la actualidad la Universidad de Oxford esté aplicando técnicas autodidactas para aprovechar esos procesos educativos en el nivel superior, situación que en nuestro país, y particularmente en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, se considera de fundamental importancia, tal y como queda expuesto en el modelo educativo que sustenta esta Casa de Estudios.
El autoaprendizaje debe ser una actitud, una formación plena en el campo del estudio.
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