Pocas cosas son tan difíciles de entender como el dolor ajeno. No por nada la sabiduría popular se ha encargado de transmitir tan singular conocimiento de una forma práctica y cernida para que hasta el más rucio de los rucios pueda entenderlo. Querer sentir el dolor ajeno, tal cual, exactamente, es imposible, pues “sólo las ollas saben los hervores de sus caldos”.
Este mes de octubre, aparte de ser el de las lunas más hermosas, además de filtrar por las tardes vientos del noreste que refrescan la vida y aunado a que tuvo la última luna de sangre (pobrecita, debe andar en sus días), también es considerado como el mes de la concientización y lucha contra el cáncer de mama. Tarea importantísima pues cada año hay cerca de 1.5 millones de nuevos casos detectados y cerca de quinientas mil muertes.
A esta noble causa se han sumado muchísimas personalidades, e incluso tenemos que soportar a López Dóriga todo el mes con sus corbatitas rosas que le hacen un indiscutible juego con su papada de labios mayores. Pero también hay personas normalitas, de la sociedad civil, que tienen sus propias iniciativas y que buscan hacer algo, lo que sea por mínimo que se considere, en pos de ayudar.
Conozco gente que ha sufrido familiarmente, que ha pasado momentos difíciles y que afortunadamente han superado sus terribles pruebas. Mujeres que son verdaderas heroínas y familias que son ejemplos de apoyo. También tengo amigos que han padecido otros obstáculos distintos al cáncer pero que han sido bendecidos con el regalo de la vida y, por consiguiente, tienen un amor indescriptible por las cosas buenas que Dios les dio… amigos que incluso van por voluntad y sin fines partidistas a entregar apoyos y despensas a quien lo necesita.
Hubo un tiempo en que los varones de la iglesia (suena medio machista pero ni modo, eran reuniones de tornillos) tomaron la iniciativa de llevar por las noches tortas, café o atole, a los familiares de los pacientes del CECAN, del CEM o del Hospital Civil, que esperan en los pasillos. La primera vez que fui quedé impactado al ver tantas almas tristes y desesperadas que hacían del suelo su cama, tirados uno junto a otro soportando la fría noche, como si la larga espera de tener a un familiar enfermo no fuera suficiente.
Cercano al día del niño realizamos una colecta de suplementos alimenticios para los niños del CECAN, pequeños guerreros que necesitan de toda nuestra ayuda, desde esos suplementos hasta ropa o una pequeña distracción. Logramos juntar muchas planchas de Ensure pero la ayuda nunca es suficiente. Ahora, en este mes de la concientización y lucha contra el cáncer de mama, más allá de realizar nuestra propia campaña, creo que podríamos anexarnos a las que ya existen.
Caso específico, la idea de mi amiga la güera Moníc, quien siempre diligente y curiosita, se dedica a enmoñarte la foto si donas desde un Suplemento Alimenticio en adelante. Yo podría explicar lo que ella hace y por qué lo hace, pero prefiero replicar sus palabras del Facebook:
“¿POR QUÉ LES CAMBIO MOÑOS EN SUS FOTOS POR ENSURES? Este 2014, es la tercera ocasión en que con mucha emoción “enmoño” sus fotos. El primer año (2012) lo hicimos sólo con solicitarlo y a partir de 2013 los catafixiamos: ustedes DONAN cuando menos un complemento vitamínico de cualquier marca y con mucho gusto les edito su foto para uso en redes sociales. ¿PARA QUÉ PEDIRLOS? Los pacientes en tratamiento de cáncer los requieren en varios casos y momentos dentro de su tratamiento, para las personas en situaciones económicas críticas, es complicado cubrir el gasto de éstos complementos, es por ello que se los pido; para que por medio de patronatos lleguen a quienes más necesitan. ¿A QUIÉN SE LOS DONAMOS? El año pasado se dividieron entre dos instituciones, este año se entregaran en su totalidad a AVECAN, A.C., quienes trabajan directamente con el CECAN, aquí en Xalapa. ¿POR QUÉ LO HAGO? Porque ustedes quieren un moño lindo… y yo quiero muchos ensures! hehe Es broma, hay quienes solo desean donar, pero yo les pido que pongan sus fotos para juntos invitar a más personas a involucrarse”.
Así que ya lo sabe, si quiere que le enmoñen su foto, acuda a donar desde un Ensure (de preferencia más) en Dreams Avenue (a un lado de Toks); en el Vértice (Presidentes esquina Murillo Vidal); o en GNP (Ávila Camacho 254), y ahí les dan los datos de cómo la Moníc se las enmoña. Recuerde que podemos tener cierta empatía con el dolor ajeno, pero sólo la olla conoce el hervor de sus caldos.
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