L viejecita llegó al hospital en una ambulancia, acompañando a su esposo, que debido a su gravedad inmediatamente es trasladado al área de urgencias, en donde es atendido por un joven médico, este después de revisarlo le dice a la señora:
— Discúlpeme, nada puedo hacer… ¡Su esposo está muerto!
— Viiiejjjjaaa –Dice con voz débil y lastimera el viejecito– ¡Esttttoooyyyy vivvooo!
— ¡Cállate!, él está leído, es médico… ¡Y sabe más que tú!
La moraleja me sirve, porque según algunos Legisladores, en el país, después de las grandes Reformas Estructurales, los ciudadanos debemos prepararnos para insertarnos con éxito en la competitividad que la globalidad exige, para ellos todo marcha en excelencia; la inseguridad va descendiendo; el combate a la pobreza extrema, va mejor que nunca; la generación de empleos es una historia de éxito.
Este ajetreado Filósofo, está como el viejito, mejor me callo, pos ellos están leídos… ¡y saben más que yo!
Pero al margen de la frivolidad, con la que algunos legisladores ven la vida nacional, sólo les recuerdo que no debemos desperdiciar el voto casi plebiscitario, con el que en el 2000 llegamos a la transición democrática.
En la vida democrática de la nación, de que nos sirve tener partidos con mucha fuerza política, con buenas relaciones en los medios y con abundante poder económico, pero con escasa representación popular.
HOY, infinidad de ciudadanos no nos sentimos identificados, mucho menos representados por los partidos políticos, –que de siete, ahora pasaron a diez– hay una enorme brecha de confianza que día a día separa al ciudadano de los partidos.
Nuestra partidocracia pareciese ignorar que midiendo: ingresos, alimentación, salud, seguridad social, rezago educativo y vivienda, entre otros datos, de acuerdo a Coneval,1 53.3 millones de mexicanos, viven en la pobreza, ignoran que “una democracia pobre… ¡es una pobre democracia!”
En el tema de Justicia, México vive una cruda realidad, hay muchos temas pendientes en la agenda nacional, como: los casos de Aguas Blancas, Acteal, la Mina Pasta de Conchos, los centros nocturnos Lobo-Hombo, News Divine, la guardería ABC, a los que se suman: La línea 12 del metro, en el D.F., Tlatlaya, Ayotzinapa.
Pareciese que en algunos casos la justicia dejo de ser “pronta y expedita”. El común denominador de estos asuntos es que, por una parte, hay infinidad de preguntas y las respuestas son escasas, y por otra, en cada uno de ellos hay una marcada impunidad, que agravia lo más íntimo del ser mexicano.
Una cosa queda bien clara, HOY, la vida nacional no se resuelve por decreto, tampoco por resoluciones judiciales, el país requiere que en la coyuntura por la que pasamos, –en la que en algunas regiones del país, como en Guerrero, donde la gobernabilidad camina al filo de la navaja–, que nuestros políticos –al margen de la retórica política– fragüen una reingeniería institucional, en la que se privilegie el sentido de Patria, que haga que siente reales la gobernabilidad.
La gobernanza proviene de reconciliar, pactar, escuchar, avenir, es un sano equilibrio entre poderes y órdenes de gobierno; es trabajo eficiente; es atención oportuna a las demandas populares; es la capacidad para atenderlas con inmediatez y eficiencia.
HOY, este campesino desea que aflore el racimo de valores, que enriquezcan la política y la justicia; porque el valor justicia es lo que salva a una nación, cuando las instancias políticas fallan.
A veces pienso las frases del viejo Filósofo ¿sólo son un dicharacho lleno del humor del mexicano o hasta onde tienen validez?, como la siguiente, a propósito del tema:
“En México la justicia es como la rubiola… sólo le pega a los chiquitos.”
Resulta que el diputado acompañado de su esposa, plácidamente recorría las calles del centro histórico de la Cd. de México y le comenta:
— Mira lo que hacen para el pueblo, las grandes reformas que hemos legislado en el Congreso: pantalones $25.00, camisas $18.00, chamarras $70.00; la gente se queja, habla mal de nosotros los políticos, pero ¿Cuál ‘inche crisis?
— ¡No, no te hagas ‘endejo viejo!, no es tienda de ropa… ¡ES UNA TINTORERÍA! 
1http://www.jornada.unam.mx/2013/07/30/politica/007n1pol
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