scar Wilde con una sapiencia que cautiva afirmó: “La mayoría de las personas son otras: sus pensamientos […son] las opiniones de otros; su vida […es] una imitación; sus pasiones, […simplemente son] una cita.”
Ese es el secreto del viejo Filósofo, soy yo mismo, disfruto mucho ser como quiero ser, con mis errores y aciertos, con mis virtudes y defectos, vivo plenamente mi sueño de ser sin medias tintas, gozo mi relación escritor-lector, busco crear con usted un vínculo fraterno.
Pongo en cada escrito mi experiencia de vida, echo a volar mí imaginación, gozando la emoción de vivir plenamente el presente y al final de cada artículo, privilegio mi respeto para usted, que mucho me importa, con quien me interesa fortalecer mi vínculo escritural.
Sé, bien que sé lo que la voz popular afirma “Que no hay buen cocinero, si no es buen salsero”, es decir, que no se concibe el humor del mexicano sin esa sana alegría y el ingenio formidable de su picardía.
Picardía, que para mí no es necesario que agravie las buenas costumbres o lastime los oídos castos, es para que agrade a los seres humanos, a quienes honran mi espacio vital al leerme, a los jóvenes y a los adultos, a los hombres y a las mujeres, a los de criterio estrecho o a los de juicio amplio.
En mi trabajo escritural le he impreso al Filósofo tres visiones:
1.- La Política, 2.- La espiritual y 3:- La visón del humor.
En la visión política, claro está que no podemos negar, mucho menos ocultar adversidades y dolores, en estos tiempos en los que la violencia y el desaliento son el signo señal en algunas regiones del país.
Regiones en donde la gobernabilidad esta endeble y el tejido social se debilita; pero esta es nuestra nación, la que habremos de heredar a las generaciones que nos anteceden, por ello me solidarizo ante el drama del dolor colectivo, y desde esta columna invito a los actores políticos nacionales, a que anteponiendo intereses partidarios, sectarios o de grupo, fortalezcamos el sentido de PATRIA; y recordando que “La Patria Es Primero” juntos amemos y construyamos un México reconciliado y mejor.
En la visión espiritual en un ambiente de respeto, te invito a que HOY seas la fuente que responde al cambio con sabiduría, a que abras tu alma al amor incondicional y le digas: ¡si a la vida!, ¡si al perdón!, ¡si a dejar atrás la melancolía!, ¡si a tirar el dolor!, ¡si a llenar tu mente de pensamientos y emociones positivas!, ¡si a trabajar en pequeñas acciones que traigan a tu existencia grandes resultados!, ¡si a ir en pos de tus sueños, enfrentar desafíos y a asumir riesgos!, ¡si a estar abierto a aprender!… ¡si a tener fe y a creer en ti mismo!
En la visión del humor, me empapo de la genialidad con el que vive y vibra el mexicano, con esa capacidad innata para reír con el milagro de la vida, con lo sagrado: la religión, la muerte, y con lo risible: la política y los políticos.
Cuando despunta la alborada y el grano revienta en el surco, tenemos dos opciones existenciales: sufrir ante la adversidad y el dolor, o explotar la alquímica capacidad de gozar el enorme potencial de la vida, sonriendo.
Este viejo Filósofo elige sonreír, en vez de sufrir, -hay que romper el paradigma limitante que para merecer… hay que sufrir- será porque reírnos de los miedos, de los temores y del dolor, desintoxica el cuerpo, limpia el alma, fortaleciendo la creatividad, enriqueciendo la imaginación, renovando la fe y la esperanza, es una manera sencilla de “mostrar no los dientes… sino el alma”
En el pueblo, una soltera a la “que se le estaba yendo el tren” se entera que una amiga suya había quedado embarazada, sólo con un Ave María, en la iglesia de la ciudad. Toma la decisión de ir a esa iglesia, con el deseo de quedar embarazada como su amiga.
– ¡Buenos días padre!, -saluda amablemente la soltera.
– ¡Buenos días hija!, ¿Qué andas haciendo, puedo servirte en algo?
– Fíjese padre que me enteré que una amiga mía vino aquí y quedó embarazada con un Ave María.
– No hija, -dice el sacerdote restregándose la barbilla con su diestra- fue con un Padre Nuestro… ¡PERO YA LO CORRIMOS!