Un interesante ejercicio de reflexión y reconocimiento fue el foro Mujer y Poder: una forma de ejercer la ciudadanía, organizado mancomunadamente por el Congreso del Estado y el Instituto Veracruzano de las Mujeres, con la participación de funcionarias, académicas, representantes de grupos de mujeres organizadas e investigadoras del tema.
El solo título nos remite a una deuda pendiente que el Estado y la sociedad tenemos: carecemos de ciudadanía. No en el papel –pues sabemos que aquí la obtenemos por la vía del nacimiento o por cumplir los 18 años–, sino en la práctica y ejercicio cotidiano. Y no sólo las mujeres, sino también nuestra contraparte de género.
El asunto no es menor. A cada rato mencionamos o nos dicen que las mujeres representamos 52 por ciento de la población, pero en la realidad pareciera que vivimos en un gueto gigante en el que nos hacinan física, emocional y económicamente. Por fortuna habemos muchas que hemos empezado a salir de “ahí”. Por desgracia, la mayoría sigue “ahí”, encerrada.
La conferencia magistral que inauguró evento corrió a cargo de Martha Patricia Patiño Fierro, quien disertó sobre Mujer y Poder: la reforma política y la agenda de las mujeres. Posteriormente se trabajó bajo la modalidad de mesas temáticas, en las que se discutieron y analizaron tópicos como Construyendo ciudadanía, Nuevas formas de participación política y social, Los partidos políticos y las mujeres, y Principales desafíos para garantizar los derechos políticos de las mujeres en los ámbitos estatal y municipal.
Apenas estamos a tiempo de trabajar sobre el futuro que se nos viene. La paridad entre géneros para la postulación a cargos de elección popular es un hecho en la ley, pero nos falta concretarla en la realidad, para que no seamos meras acompañantes pasivas y asumamos una posición que determine e influya el quehacer y las políticas públicas. En resumen: debemos prepararnos para dar y ser lo mejor para nuestra sociedad.
Debemos sumar a los varones en la construcción de la “Agenda de las Mujeres”. Ya no caminar solas. Si bien son temas que nos pueden beneficiar a nosotras, también es importante que ellos nos escuchen y los escuchemos. Seguir así es mantener el gueto simbólico en el que estamos.
El rescate de la cita de la primera gobernadora que tuvimos en el país, Griselda Álvarez Ponce de León, hecha por la titular del Instituto Veracruzano de las Mujeres, no tiene desperdicio: “Vivamos un nuevo tiempo con la igualdad plena entre mujeres y hombres, sin privilegios que no requerimos, pero sin desventajas que no merecemos”. Hace ya varios años que lo dijo y aún seguimos “peleando” esa igualdad.
Pero bueno, lo que importa es que ya tenemos tierra arada y hay que colocar las semillas. Ya habrá tiempos de cosecha y para festejar los logros con las nuevas generaciones de mujeres que se incorporarán a la Cámara baja del Congreso de la Unión el año próximo. Ojalá puedan ser las 250 legisladoras que representa 50 por ciento de ese Poder.
Por hoy es todo. Le deseo una celebración de Todos Santos en familia y nos leemos en la próxima entrega.