El segundo año de trabajos de la LXIII Legislatura veracruzana inició con cambios de coordinares de los grupos legislativos del partido Acción Nacional y del conformado por los partidos de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano. Esto, independientemente de los acuerdos internos, refresca el quehacer y conducción de las oposiciones representadas en el Congreso.

Da gusto ver que una mujer asuma responsabilidades ante sus pares de género. Y da más gusto el respeto y la confianza que los varones tienen para su contraparte femenina. Aunque no es una cuestión de género, se trata de respeto y cambio de conducta y actitudes.

El grupo legislativo de la izquierda local es dirigido ahora por la diputada Ana María Condado Escamilla, quien si no mal recuerdo sería la primera mujer que coordinará en Veracruz la fracción legislativa de esta ala ideológica, que ha tenido mujeres brillantes en la tribuna y el quehacer legislativo.

El enroque en el PAN se da entre el saliente Julen Rementería del Puerto y el entrante Domingo Bahena Corbalá. En el PRI no hubo movimiento respecto de la conducción del Grupo Legislativo por el maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo.

En un periodo de trabajo de tres años, el segundo es fundamental y decisivo para consolidar proyectos de políticas públicas. Digamos que muchos ya aprendieron qué se hace en el Congreso y ahora sí tienen que demostrar el porqué están ahí.

Es claro que nadie nace sabiendo, pero nuestra sociedad está en una situación especial. No de crisis social, pero considero que hay un momento diferente al de la normalidad. Los ciudadanos esperamos resultados de nuestros representantes y ellos lo saben. Ojalá no nos fallen.

También espero, con especial interés, que los trabajos a realizar en los siguientes meses sea de productividad importante, si consideramos que el año próximo es electoral y la tentación de “irse” a apoyar a los candidatos de sus distritos será grande. Si bien es legítimo el derecho de las y los diputados de hacer proselitismo por sus candidatos y partidos, más legítimo es el reclamo ciudadano de exigir resultados.

Los enroques políticos apenas empiezan. Muchos y muchas quienes salgan y entren, pero lo que queremos, lo que deseamos es que el estado mantenga esta paz relativa que hoy tenemos. Que las instituciones no dejen de funcionar. Sabemos que con “cabeza o sin cabeza” la gente de abajo, los que llevan años laborando, sacan el trabajo. Pero muchas veces “la firma del jefe” detiene todo trámite, gestión o beneficios sociales.

Qué bueno que la diputada Condado Escamilla tenga esa responsabilidad política, al igual que Anilú Ingram Vallines como presidenta de la Mesa Directiva y Ana Cristina Ledezma López, como secretaria. A ellas les toca abrir brecha y depende del camino u orientación con que barbechen la ruta, el recuerdo que de ellas se guarde en el futuro.

Ahora nos corresponde apoyar desde el espacio privado y profesional, para que mujeres y hombres saquen adelante el proyecto llamado Veracruz. Tenemos que hacerlo por nuestros descendientes, pero también por nosotras, porque como dice Cristina Pacheco: “Aquí nos tocó vivir”.

Tenga Usted un excelente fin de semana y nos leemos en la próxima entrega.