Los hogares jefaturados por mujeres cada día son más comunes en nuestra entidad. No obstante, nosotras tenemos menos oportunidades de empleo o de autoemplearnos en relación con nuestra contraparte de género. De ahí que de unos años a la fecha se hayan instrumentado programas sociales para el sector femenino; en especial para las madres solteras.

Celebro que la diputada presidenta de la Mesa Directiva de la LXIII Legislatura, Anilú Ingram Vallines haya gestionado recursos superiores al medio millón de pesos para apoyar a mujeres del Puerto de Veracruz, con énfasis especial en las madres solteras.

Los recursos provienen del Instituto Nacional de la Economía Social y se aplicarán en proyectos de capacitación productiva para mujeres que viven en colonias populares del puerto jarocho, para instalar un criadero de tilapia, un vivero y un taller de manualidades.

Las mujeres beneficiadas están agrupadas en “Las Estrellas”, de la colonia Renacimiento, y “Patria”, de la colonia que lleva el mismo nombre. Con estas medidas se propician oportunidades para que las familias tengan estabilidad económica y den seguridad a los hijos e hijas.

No debemos olvidar que los núcleos familiares han variado en las últimas décadas. De ahí que un hogar jefaturado por una mujer no sólo incluya a sus hijos. Puede ser un hogar ampliado en el que cohabiten madres, padres y abuelos, todos bajo el eje económico de la mujer.

En comunicado oficial del Congreso del Estado se menciona: “La Diputada local sostuvo que su compromiso es seguir promoviendo que se etiqueten recursos destinados a microcréditos exclusivamente para mujeres: ‘Con esto se brinda a las veracruzanas la oportunidad de emprender su propio negocio, sin tener que descuidar a sus familias’.”

Este último punto es importante, porque por tradición, cultura y costumbre la mujer ha sido responsable de la vida interna de un hogar (esto no excluye a los padres solteros que cumplen este rol, pero apenas son 900 mil los hogares monoparentales de varones), lo que permite a las beneficiadas poder trabajar en sus propios proyectos y mantener la estabilidad de la familia.

Establecer sus propios micronegocios permitirá dignificar la vida de las beneficiadas, pero además –y eso es lo más importante–, podrán crear cadenas productivas y de comercialización entre los diversos sectores del puerto y del estado.

Porque lo manufacturado en el taller, las flores cultivadas en el vivero y la producción de tilapia en el criadero tienen como objetivo final llegar a los consumidores. De ahí que una buena promoción de los productos y “amarrar” con los prestadores de servicios, será un buen epílogo a este apoyo al que acceden las mujeres del puerto de Veracruz.

Ojalá que en breve tengamos noticias sobre el éxito de estos proyectos, porque este tipo de logros son los que hacen tener y mantener la esperanza en nosotras y en nuestra sociedad. Ni el Estado ni la sociedad están para mantener esos programas de “fondos perdidos”, sino para que los recursos provenientes de nuestros impuestos se apliquen correctamente, con transparencia y honestidad.

Por hoy es todo. Le deseo un excelente inicio de semana y nos leemos en la próxima entrega.