Durante mis estudios municipalistas en Andalucía en 2003, tuve la oportunidad de conocer a Don José Añez, Alcalde de Almería, su ciudad sería sede en 2005 de los Juegos del Mediterráneo el equivalente a nuestros Juegos Centroamericanos y del Caribe, ahí tuve la oportunidad de conocer el plan estratégico de la ciudad y demás sedes para recibir los juegos y sobre el cual llevaban ya trabajando intensamente durante dos años. Ellos, no solo recibieron con mucha ilusión su designación como sede pues me explicaba Don José, quien cinco años después me hizo el honor de venir a dictar una conferencia a Xalapa, que para ellos ser sede representaba una magnífica oportunidad de transformarse y de colocar a la suya en la modernidad de otras ciudades del mediterráneo.
Almería tenía severos problemas de infraestructura, contaba con un transporte público al que calificaban de malo, tenían déficit de abasto de agua, el turismo era escaso a pesar de sus hermosas playas y una sociedad poco cohesionada. Por ello, los almerienses se pusieron de acuerdo y decidieron aprovechar la oportunidad de ser la sede de los juegos para modernizar la ciudad y todos sus servicios, fomentar la cohesión social a través del orgullo que les representaba organizar los juegos y sobre todo para colocarla en el mapa de las mejores ciudades de la costa Mediterránea. Tuvieron un excelente plan, generaron cohesión social para alcanzar un objetivo común, se organizaron comités y equipos de trabajo y se manifestaron excelentes liderazgos como el de mi amigo Alcalde, el resultado fue la celebración en 2005 de unos juegos extraordinarios que sirvieron para transformar la ciudad, su infraestructura, modernizar el transporte público, potenciar el turismo e incrementar la exportación de sus productos como lo son su extraordinario aceite de oliva y los tomates que se cultivan en invernaderos irrigados con agua de mar desalinizada pues recordemos que Almería es un desierto; sin duda alguna, dicen los almerienses, no solo disfrutamos de los juegos, sino que éstos dejaron una secuela de bienestar, prosperidad y unificó a la población para seguir trabajando en planes para el desarrollo que aún perduran a pesar de que ha pasado casi una década, “planeación estratégica le llaman los expertos”.
A a mí me entusiasmó escuchar a Elizabeth Morales durante un desayuno al que asistí invitado por el ex alcalde de Xalapa Carlos Rodríguez Velasco, cuando aún era diputada federal hace poco más de cuatro años, anunciar que Xalapa sería la sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en el 2014, cuando me tocó tomar la palabra hablé sobre la experiencia de Almería y dije que ser la sede de los juegos representaba una oportunidad única e irrepetible para que Xalapa realizara la transformación que estaba necesitando con urgencia, pues de todos es sabido los graves problemas de infraestructura, movilidad y servicios públicos que tiene nuestra ciudad, como es sabido también que las ciudades sedes de éstos juegos reciben de manera extraordinaria generosos recursos precisamente para mejorar la infraestructura y los servicios públicos.
Lamentablemente, nunca hubo un verdadero Plan Estratégico para Xalapa orientado a la realización de los juegos como detonador de los servicios, el turismo, la economía y el fortalecimiento de la cohesión social, a pesar de que la propia Elizabeth Morales fue alcaldesa de Xalapa, y después de ella, las cosas no fueron diferentes, el tiempo transcurría y no se veía que se estuviera trabajando para albergar estos juegos y aprovechar su celebración para colocar a Xalapa como una de las mejores ciudades del Golfo y el Caribe, pues así como los romanos nombraron mare nostrum al Mediterráneo, el Caribe y el Golfo son nuestro mar común que compartimos con muchos países desde Venezuela y Guyanas hasta los Estados Unidos, contando a los de las Antillas Mayores y Menores.
Los xalapeños vimos con impotencia como se fue desperdiciando el tiempo, el cual nos alcanzó con obras hechas al vapor, con un manejo dudoso de los recursos extra que llegaron y con una indiferencia gubernamental deplorable, jamás se vio a los Juegos Centroamericanos como una oportunidad para trascender en el desarrollo, nunca se trabajó en un plan articulado, nunca se formaron comités y equipos de trabajo motivados y jamás se alzaron los liderazgos que se requerían, en suma, hemos dejado pasar la gran oportunidad para transformar nuestra ciudad y proyectarla hacia el futuro, estos serán unos juegos de panzazo al que se le dieron paliativos para sobrellevarlos ¡Qué pena que la nula visión dejaran pasar la mejor oportunidad que ha tenido Xalapa en décadas!
Por eso es que la gran mayoría de los xalapeños no sienten los juegos como suyos a pesar del slogan “siente tus juegos” que no ha permeado en el ánimo ciudadano y no es que estén en contra de ellos, por el contrario, los xalapeños somos hospitalarios y recibiremos con calidez a quienes nos visitan, la inconformidad no es por los juegos los cuales recibimos con beneplácito, la inconformidad es porque los recursos se aplicaron de manera dudosa, porque las cosas se hicieron al vapor, porque nunca hubo un plan definido que nos incluyera a todos, porque el discurso utilizado ha sido engañoso y populista contra una realidad lastimosa, pues los juegos se llevarán a cabo de manera mediocre y caótica y pasando éstos Xalapa seguirá igual, con sus grandes problemas de transporte público y movilidad, con servicios públicos malos y sin un proyecto de futuro, porque lamentablemente, los juegos eran una gran oportunidad que ya se nos fue.
Comentarios a rubenricano@nullhotmail.com y @rubenricano