¿Qué harías por tu pueblo, estimado lector, si un día despertaras convertido en presidente de la república, sin deber favores a ninguno de los poderes fácticos que influyen en este país casi siempre para su exclusivo beneficio?
Sin esos compromisos subrepticios que como candidatos, contraen los políticos y después se ven obligados a cumplir aunque con ello perjudiquen a la mayoría de los mexicanos, un presidente podría servir a todos y ejecutar maravillas en pro de los desposeídos de la fortuna.
No necesitaría invertir miles de millones de pesos en campaña. Ese dinero lo usaría para apoyar a las familias más pobres.
Los temas prioritarios que intentaría resolver, serían, ni más ni menos, la inseguridad y la pobreza.
La gente exige seguridad y empleos en primerísimo lugar. También salud y educación.
¿Y si te despertaras como gobernador de tu estado o como alcalde de tu municipio?
Todos tenemos en mente realizar alguna o algunas acciones positivas para ayudar los demás. ¿Cuál es tu fantasía política?
Son sueños no imposibles. Imaginen que postulemos a un hombre o una mujer honorable y competente para la presidencia o la gubernatura, como candidato o candidata independiente.
Que sólo deba el voto a los ciudadanos y no a unos cuantos de los que aportan recursos para las campañas políticas y luego se llevan la tajada grande del presupuesto en negocios turbios y obras inútiles y de pésima calidad.
En España nació exitosamente este año el partido político Podemos. Acá también podemos lanzar y llevar al triunfo electoral a candidatas y candidatos surgidos de la sociedad civil. Sería una nueva y singular forma de hacer política.
Empoderaríamos a las personas más aptas. Si de veras estamos hartos de los políticos cínicos y ladrones, podemos impulsar las candidaturas independientes y un movimiento popular incontenible, con mujeres y hombres, jóvenes y personas adultas, estudiantes y trabajadores, jubilados y pensionados… y, sobre todo, desempleados.