La molestia es generalizada, protestas, comentarios y rumores se están incorporando en la vida nacional, no solo es un malestar pasajero, es el hastio por cosas que parecerían que están fuera de las manos de los mexicanos. Sin embargo los acontecimientos tienen varios elementos a analizar y no pueden ser pasados por alto por mucho dolor o malestar que provoquen, Guerrero es una herida abierta en nuestro país, pero esa laceración puede devenir en una grave infección que podría afectar aún más.
Hace 40 años en el estado de Veracruz el magisterio se organizó y se fueron a la huelga, sin piedras, ni gritos, sin enfrentamientos que denigraran su condición de mentores; ellos solo querían algo que consideraban justo “el pago del aguinaldo” que se les debía hacia muchos meses y no se veía ni intensión ni interés por págueselos. El movimiento en el DF marchaba paralelo en tiempo, con los acontecimientos en Xalapa pero con distintos intereses. De la noche a la mañana al movimiento magisterial se sumaron otros grupos con demandas distintas al pliego petitorio de los maestros y el resultado fueron gases lacrimógenos, golpes y cárcel para algunos. ¿El aguinaldo? Ah, ese quien sabe.
Guerrero sufrió una pérdida, no es la primera, el desaseo que se percibe es la misma que manifestaba Michoacán y en otros lados.
¿Qué tiene que decir a esto el exgobernador de Guerrero?
¿Qué tiene que decir a esto el exgobernador de Michoacán?
¿Qué tienen que decir a todo esto los gobernadores de Michoacán y Guerrero? Las agresiones y manifestaciones violentas presenciadas en esta última semana, son ya, dentro de su gobierno. Los padres de familia, familiares, compañeros y amigos de las víctimas se presentan y exigen justicia con la cara descubierta.
¿Y los enmascarados de parte de quien vienen a causar destrozos?
Queremos la verdad, queremos el paradero de los estudiantes, la necesitamos para creer que en este país aún existe la justicia. Pero sobre todo, queremos que los culpables reciban su castigo; los que mandaron, ejecutaron y dejaron de hacer; porque la omisión también es culpa y es probablemente el delito más grave. Incriminar a Peña Nieto es fácil, pero no es el más importante; si lástima que resolviera y tomara la maleta para ir a la reunión de China, donde seguramente le preguntarán y responderá que el país está preparado para recibir nuevas inversiones y todo está resuelto.
Sí, los pasos para una reconversión económica están dados, pero y ¿la política?. Ese paso es de nosotros, cuando sufragamos en ese pequeño instante de nuestra vida política, en esa fracción es cuando todos estamos solventando a “Los Abarcas”, ahí es cuando debemos cumplir nuestra parte del plan; si no es probo, si no proviene de una familia respetable, del trabajo honrado, no avalemos con nuestro voto a quien no da valor a nuestra sociedad. No seamos un pueblo “Fuenteovejuna” de Lope de Vega, que llega a su hastió o tolerancia y se lanza a la violencia. Exijamos.
«-¿Quién mató al Comendador?
-Fuenteovejuna, Señor.
-¿Quién es Fuenteovejuna?
-Todo el pueblo, a una.»

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* Zeus le da al hombre para regir sus ciudades Aidós q Díke (conciencia moral y justicia).