¡Oiga! Seguramente ya vio la película “La dictadura perfecta” (2014) de Luis Estrada, y quizás a usted, como a much@s, no le dejó muy satisfech@ si se compara con “La ley de Herodes” (1999) y “El Infierno” (2010) del mismo autor, en las que, además de hacernos reír de nuestra propia suerte desdichada, ofrecen elementos para una reflexión más profunda. Asunto que según los expertos este films no logró, pues lo encontraron “insípido, carente de una narrativa sólida y de ese ingenio que nos hizo reír y aterrorizarnos de la realidad nacional” (Revista Proceso, 28/10/2014).
También recordará la trama en las que se emplea el recurso de la “caja china” para manipular la información y desviar la atención de los televidentes hacia temas escandalosos o sensacionalistas, y de esa manera hacer que se olvide/diluya un problema nacional. En el caso de la película, don Carmelo Vargas, es exhibido en cadena nacional recibiendo un portafolio repleto de dólares americanos de alta denominación. Esta presión mediática lo obliga a comprar un paquete de marketing a la televisora que transmitió el video-escándalo para que limpie su imagen y lo lleve a la presidencia de la República en el siguiente proceso electoral. En las últimas escenas vemos a don Carmelo recibir la Banda Presidencial después de haber jurado el cargo.
Como es de su conocimiento, la “caja china” −como recurso literario− lo empela un escritor al hacer que un personaje narre lo que le sucede a otro, quien a su vez narra algo que le sucede a otro; esto le permite contar varias historias al mismo tiempo, las cuales pueden entrecruzarse o terminan por relacionarse al final de la trama. Con ello busca atraer al lector hacia otra realidad, ajena a la historia que está narrando. Como recurso político se busca quitar la atención sobre una situación que afecte directamente a un primer mandatario −sea del nivel nacional, estatal o municipal− echando mano para ello de los periodistas “amigos” o de costosos convenios.
En el periodismo una “caja china” es una noticia que llama más la atención que la anterior, un escándalo suple a otro y cuando éste ha cumplido su cometido, nuevamente es sustituido por otro que mantenga el interés hasta que logre su objetivo: cada nota llama más la atención que la anterior y despierta la curiosidad por seguir hasta el fin.
Mire usted, traigo esto a cuenta porque a unas cuantas horas de que se diera a conocer el destino de los 43 estudiantes normalista, nos encontramos con la noticia de que don Enrique Peña Nieto, tiene una mansión de casi dos mil metros cuadrados, valuada en más/menos 86 millones de pesos; pero que está a nombre la inmobiliaria del Grupo Higa, que forma parte del consorcio que había ganado el concurso para el tren de alta velocidad entre México y Querétaro –revocado por el gobierno el pasado jueves para que el proceso «no sea cuestionado y tenga claridad absoluta» (Aristegui Noticias).
Tanta fue la relevancia de esta información, que diarios internacionales como «ABC», «El país», «The Wall Street Journal», «Financial Times» o «The Guardian» la ubicaron como nota destacada; teniendo que emitir la presidencia un comunicado donde aclara que la propiedad no es de don Enrique, sino su esposa, la ex actriz de telenovelas Angélica Rivera, conocida en el mundo de la farándula como “la gaviota”, quien firmó un contrato de financiación con una inmobiliaria según el cual la casa se escriturará a su nombre una vez se cubra la deuda. (http://www.abc.es/internacional/20141112/abci-mansion-pena-nieto-201411112116.html)
No es que sea uno mal pensado o que se la pase de criticón como nos señala don Javier Duarte de Ochoa, a propósito de que dudábamos que estuvieran a tiempo las instalaciones de deportivas para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero vea usted, ahora nos enteramos que “la pareja imperial” fue detenida en Veracruz y “sembrada” en el Estado de México; o que la llamada Casa Blanca de Peña Nieto tiene más de un año de adquirida. Así que la próxima vez que observe usted una noticia que se le esté dando mucha cobertura, piense en la “caja china”.
En tanto hágase a la idea que los 43 “incinerados” de Ayotzinapa se suman a los 15 de ciudad Juárez ametrallados en una fiesta (2010); los 72 indocumentados acribillados en San Fernando, Tamaulipas (2010); los 52 quemados del Casino Royal de Monterrey (2011); los 14 músicos y tres ayudantes del grupo especializado en vallenato “Kombo Kolombiano” (2013); por citar algunos. Crímenes que no tiene viso de ser resueltos
Comentario Breve
De qué tamaño o qué tan bien agarrado está Héctor Herrera Martínez, como para que no entregue la renuncia a la coordinación/dirección del Teatro del Estado, General Ignacio de la Llave solicitada por el mismo director general del IVEC, don Rodolfo Mendoza Rosendo, desde hace más de un mes. La razón que presenta es que no lo hará hasta en tanto consiga un empleo mejor o parecido al que deja.