Coincido con Rodrigo Fernández Chedraui, el editor, no conozco a don Rubén Pabello desde hace mucho tiempo, sino recientemente. Es por ello que me dio una gran alegría la invitación que me llegó el pasado domingo para la presentación de su libro Tiempos de mis Memorias Entorno y Retorno Reflexiones Cronologías y Remembranzas.
La cita era en el Auditorio Sebastián Lerdo de Tejada del Congreso del Estado, dijera el diputado Francisco Garrido, la casa de todos los veracruzanos.
Y la casa estaba llena: empresarios, políticos, funcionarios, ex presidentes municipales, maestros, directores de escuelas, sacerdotes, líderes sindicales, senadores, ¡vaya! si se necesitaba quórum para la presentación del libro ¡Don Rubén lo tenía! pues entre los presentes estaban varios diputados del Congreso del Estado.
Aunque no puedo negar que había morbo por más de algún presente, ya que los presentadores del libro eran los senadores Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla, ambos aspirantes y suspirantes a la gubernatura del estado de Veracruz.
Saludos, abrazos, dimes y diretes se cruzaron antes de empezar la presentación del libro, mientras tanto yo buscaba un lugar, aunque por la hora y la relevancia del evento, todo estaba lleno. Ni modo, a quedarse parada un rato. Es chistoso, pero hoy me di cuenta que entre los políticos no hay reglas de cortesía. Nadie te cede el lugar.
Pasan veinticinco minutos y Don Rubén toma el micrófono solicitando un poco de paciencia y comprensión por el retraso… aún no llegan los senadores. Realmente debe ser un poco estresante para Don Rubén Pabello, a quien conozco muy ordenado en sus tiempos.
Cinco minutos más tarde llega Héctor Yunes, ¿y Pepe? ¿llegará? es la pregunta que se hace la mayoría.
Treinta minutos han transcurrido, y como dice el dicho, “la función debe continuar” y el evento tiene que empezar.
Eduardo Sánchez Macías, amigo y compañero de trabajo en El Heraldo es el moderador. Acto seguido, Héctor Yunes toma la palabra y menciona las coincidencias que ha tenido con el autor pero advierte una pequeña discrepancia en el libro, que es cuando afirma en la nota preliminar que “no tiene la pretensión de ser un simple aporte personalísimo”, aunque el senador difiere, ya que la lectura del libro es un viaje en el tiempo del microuniverso xalapeño, pues es un recorrido de la vida de Don Rubén ligada a la propia historia de Xalapa, de Veracruz y del país. Sus reflexiones son una aportación al devenir histórico, pues destacan dos aspectos: la primera, es la parte personal, la humana, la parte biográfica; y la segunda, es conocer la historia a través de la visión del autor y su perspectiva moral e intelectual, así como de su propia actividad profesional.
¿Cómo ha sido la vida de Don Rubén? Se pregunta Héctor, a lo que contesta que la constante ha sido el movimiento y su propósito perseguir sueños.
Son las siete de la noche, y cambio de pierna. Ahora sé cómo se sienten los flamingos cuando cambian de pata para descansar. ¡Y llegó! El senador Pepe Yunes entra y toma asiento en el presídium; se disculpa ante el retraso, al parecer por la votación para elegir al nuevo presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos… ¡Que diga quien quedó! Pensé, sin embargo más tarde me enteré…Luis González ¡era mi gallo!
Pero sigamos con las memorias de Don Rubén. Ahora era turno de Pepe, quién no fue tan político como Héctor y se enfocó más en algunos pasajes del libro. Tanto que hasta convenció a Don Rubén que en verdad lo había leído.
Pepe recordó a un Rubén cuando era niño, con sus andanzas en el parque Lerdo de la mano de su padre. Creo que eso emocionó mucho a Don Rubén que parecía transportarse hasta ese momento y vivirlo nuevamente. Le recordó también sus vivencias y recuerdos de las familias Piñero, Chedraui y Eguía; de sus vivencias por cada década de tal forma que se reflejaban en la capital, el estado y el país.
Eraclio Zepeda, el autor del prólogo, su Hermano, como lo llama Don Rubén, fue más ameno con una historia de la adolescencia del autor: La del coronel español con ojo de vidrio que les enseñaba francés (algo que no aprendieron mucho), sin embargo, les motivó para recaudar en cada baile dinero para poder construir un planeador. Historia que terminó con un periodicazo del Excélsior en contra de dicho personaje por considerarlo un peligroso comunista… ¿Y el dinero ahorrado? Años después que encontraron, se enterarían que “cooperaron para los cubanos del Che Guevara y Fidel Castro”, asunto que desató tremenda risa entre los presentes.
Eraclio Zepeda sostiene que Memorias es un libro que nos indicará quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.
Faltaban las palabras del hombre de la noche, al que le acompañaba su esposa, sus hijos, su nieta, su bisnieta y hasta el muñeco de una de las pequeñas… Don Rubén se tornaba emocionado, feliz con un cúmulo de bondad frente a sus amigos y también cohibido ante los miembros de un presídium, pues no sabe cómo empezar ni terminar; es más, confiesa haber preparado un discurso de tres horas… bromea y ríe. Antes de terminar, agradece la fotografía de Héctor Montes de Oca, a quien no se le ha dado el reconocimiento que se merece por su labor como fotógrafo.
Espero su discurso de tres horas… pero dice que quiere evitar ese tiempo perdido y sólo sugiere leer su libro.
Realmente lo agradezco, pues el cansancio de mis pies me había regresado a la posición flamingo inicial.
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