En estos días, el diputado local Carlos Fuentes Urrutia nos recordó las iniciativas que presentó el mes pasado, relacionadas con el apoyo e impulso a las micro, pequeñas y medianas empresas de nuestra entidad. Apenas en la entrega pasada comenté sobre la experiencia exitosa del joven Elías Becerra Grajales. Considero que se debe apoyar a nuestros emprendedores, porque significa el fortalecimiento de nuestras economías local, regional y estatal.

No trato de descubrir el “hilo negro”, sino de insistir para que las personas responsables de las instituciones volteen a mirar nuestras posibilidades de crecimiento.

El sentido común nos indica el camino y no hay que darle la espalda. A veces creemos o pensamos que es muy difícil salir del atolladero, pero es más elucubración personal y desatinos institucionales que verdad o realidad.

Las economías locales y regionales son el andamio sobre el que descansa una parte importante de nuestro sistema financiero. Cierto, lo macro es importante porque se tiene la visión global e integral, pero no podemos aspirar a lo macro sin considerar esos pequeños detalles que son fuente de vida y trabajo para millones de conciudadanos.

Por eso debemos fortalecer nuestra economía, dar las condiciones de seguridad para las y los emprendedores que arriesgan su capital y establecen un negocio. No es fácil apostar por la incertidumbre. Pese a esto, son millones los negocios que tenemos en nuestra entidad. Muchos son familiares y otro tanto genera empleos seguros.

Desde la tienda de la esquina, la papelería del barrio, la lavandería, la panadería, la tortillería etcétera, todos estos negocios proporcionan fuentes de empleo, pagan sus impuestos, sus servicios, y si no los apoyamos lo más seguro es que desaparezcan.

Debemos recordar que las cadenas comerciales se asientan en los municipios grandes del estado. En número redondos no son más de diez, pero si quiere agregar otra decena está bien. Sólo que tenemos 212 demarcaciones municipales con sus respectivas congregaciones, rancherías y comunidades. Ahí es donde estos micros y pequeños negocios son vida y esencia del comercio local. Que no se nos olvide que hay otras realidades que desconocemos, pero son el corazón de muchas economías.

El diputado Fuentes Urrutia lo dice: “El Gobierno debe ser más flexible al tratarse de una mipyme, porque en conjunto representan el motor de la economía formal y, por ende, son generadoras de empleos”.

Así de fácil y de complejo. No estemos esperando las grandes inversiones, porque sólo se darán en una o dos ciudades. Mejor ocupémonos de lo que tenemos y apoyemos estos negocios, que están a lo largo y ancho de la entidad.

¿Se imagina la importancia que tiene una papelería, un negocio de Internet o de fotocopiado en lugares donde son la única fuente de estos servicios? A los citadinos se nos olvida, pero quienes sólo tienen acceso a uno o dos establecimientos con estos servicios, son vitales en sus labores escolares, laborales y de comunicación.

Pensemos un poco y veamos más allá de nuestras realidades.

Por hoy es todo. Le deseo un excelente fin de semana y nos leemos en la próxima entrega.